El ministro, que dejará el cargo aun cuando Rousseff sea reelegida, que "no hay razón" para que el valor del real caiga frente al dólar, pues Brasil tiene "US$380.000 millones en reservas".
El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, descartó que una reelección de la presidenta Dilma Rousseff en el balotaje electoral del 26 de octubre impulse el alza del dólar y la caída de la Bolsa, como ha pronosticado el mercado.
El ministro, que dejará el cargo aun cuando Rousseff sea reelegida, dijo en una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo de este domingo que "no hay razón" para que el valor del real caiga frente al dólar, pues Brasil tiene "US$380.000 millones en reservas".
La presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), buscará un segundo período de cuatro años en la segunda vuelta de las elecciones del 26 de octubre, en la que se medirá al socialdemócrata Aecio Neves.
Los dos candidatos están empatados técnicamente en las encuestas y los mercados esperan turbulencias en la economía si Rousseff gana, con el real llegando hasta 3 unidades por dólar. La divisa se cotizó el viernes a 2,44 por dólar.
"No hay razón para tener un rally, sobre todo porque la política que vamos a poner en práctica es clara, no hay misterios, y creo que es una política para todos, para la mayoría de la población", indicó Mantega, que dejará el cargo tras ocho años y medio.
La oposición al gobierno de Rousseff critica principalmente el pobre crecimiento de la economía, en comparación con otros grandes países emergentes, como China e India.
Mantega advirtió que el expresidente del Banco Central Arminio Fraga, que será el ministro de Finanzas de Neves si llega al poder, seguirá un "manual de neoliberal ortodoxo".
"Solo basta ver las recetas que los ortodoxos aplican en todo el mundo hoy. Ajuste fiscal más duro, más rigoroso, más rápido. Significa derrumbar la economía, causar una recesión. Así está en su manual", lanzó el ministro.
Neves, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), defiende un modelo liberal para relanzar el motor de la séptima economía del mundo, sin abandonar los programas sociales que benefician a más de 50 millones de brasileños.