Proyecciones elaboradas por Naciones Unidas indican que en 2050 la isla se encontrará entre los 11 países más envejecidos del mundo, con un 38% de su población en el rango de esas edades.
La Habana. Cuba será el país más envejecido de América Latina dentro de dos décadas, de acuerdo con un estudio de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) de la isla.
La investigación corroboró que en 20 años Cuba tendrá un 31% de su población con 60 años y más, con lo que pasará a ser el país más envejecido de América Latina y el Caribe, como consecuencia, entre otras causas, del aumento en la esperanza de vida de los cubanos.
Proyecciones elaboradas por Naciones Unidas indican que en 2050 la isla se encontrará entre los 11 países más envejecidos del mundo, con un 38% de su población en el rango de esas edades.
Para las autoridades, uno de los resultados más preocupantes es que de los 1,9 millones de personas de 60 años y más con que contaba el país en 2010 se arribará a 3,4 millones en 2030, lo que significa una notable sobrecarga para la Seguridad Social, el sistema de salud y la disponibilidad de fuerza de trabajo.
Ello se traduce en que el llamado Coeficiente de Carga o de Dependencia, que expresa como incide la población en edades inactivas, sobre la que está en edad activa, resulta en la actualidad favorable, y así se mantendrá hasta 2020, pero en lo adelante cambiará su tendencia aceleradamente de manera negativa.
De acuerdo con la ONEI, el número de personas en edades activas, entre 15 y 59 años, disminuirá en más de un millón para ese período, una de las causas fundamentales de la reciente aprobación por el Parlamento cubano de una ampliación del rango de la edad laboral que llegó hasta los 65 años para los hombres y a 60 para las mujeres.
Una de las causas del envejecimiento es la reducción sustancial de los niveles de fecundidad pues, de acuerdo con el estudio, Cuba registrará para 2030 un aumento ligero que llevaría a la Tasa Global de Fecundidad (TGF) de 1,50 a 1,62 hijos por mujer en los próximos 20 años.
La dinámica de esta variable en la isla ha seguido una trayectoria peculiar, caracterizada por un descenso pronunciado en la década de los 70 del pasado siglo hasta alcanzar valores por debajo del nivel de reemplazo generacional en 1978, en un proceso asociado a la última fase de la transición demográfica.
Esa tendencia al descenso continuó hasta 1981, cuando se alcanzó su valor más bajo del período, con 1,61 hijos por mujer.
A partir de entonces la situación se revirtió, y se mantuvo oscilante con valores entre 1,72 y 1,93 hasta inicios de la década de los 90, en que se contrae marcadamente a 1,44 y 1,59, como las cifras más elevadas.
El informe indica que aunque el siglo XXI trajo algunas esperanzas en cuanto a la recuperación de este indicador, hasta el presente no hay evidencia de que así sea.
La ONEI significó que los cambios en la estructura por sexo y edad de la población, así como en su tamaño, tendrán una significativa incidencia en los servicios, en la economía, así como en el funcionamiento y composición de la familia.
Con dinámica demográfica tan peculiar, que pudiera definirse como de crecimiento nulo o con población estable (años en que decrece y en que pudiera crecer, pero siempre en cantidades pequeñas) es necesario mantener un constante seguimiento sobre el comportamiento de las variables, con el fin de obtener pronósticos lo más acertados posibles.
Al establecer estas proyecciones se constató un incremento de las defunciones como reflejo del aumento del envejecimiento, a pesar del aumento en la esperanza de vida.
Sobre la mortalidad, las investigaciones muestran un decrecimiento expresado en un aumento de la esperanza de vida, con un valor cercano a los 81 años para el caso de las mujeres, y de 76,6 años para los hombres. Para 2030 se pronostican 82,6 y 78,6 años respectivamente en cada uno de los sexos.
La investigación, que tomó como punto de partida el año 2010, se realizó con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas, y la participación de especialistas del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade), la División de Población de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
En el estudio se aclara que los resultados sustituyen a los obtenidos en la investigación elaborada en octubre de 2006, "Cuba. Proyección de la Población. Cuba y sus Territorios", elaborado para el período 2007-2025.
Según alertan los especialistas, el decrecimiento actual de la población cubana comenzó en el año 2006, y mantendrá esta tendencia con oscilaciones hasta el final del período proyectado (2030).
La proyección confirma las tendencias que le precedieron, con una diferencia: esta vez los cambios se producirán en un período más breve, lo que requerirá de la sociedad cubana esfuerzos para encontrar soluciones a inmediato y largo plazo.