En diciembre del año pasado el Parlamento sancionó la ley que creó el Sistema Nacional de Transformación Productiva y Competitividad.
Observa.com.uy El gobierno apostó al Sistema Nacional de Competitividad para promover el desarrollo productivo y nuevas actividades. Sin embargo, a meses de su creación los industriales sostienen que el organismo oficial no dio hasta el momento resultado alguno.
En diciembre del año pasado el Parlamento sancionó la ley que creó el Sistema Nacional de Transformación Productiva y Competitividad. Uno de los objetivos –según explicaba el proyecto de ley– fue impulsar un proceso de transformación productiva orientado a la expansión de actividades innovadoras con mayores niveles de valores agregado y contenido tecnológico nacionales.
Otro, el de promover actividades con potencial de generar capacidades y de incorporarse en cadenas de valor. Con el sistema también se buscó la generación de condiciones para la mejora de la competitividad sistémica. Para ello se creó un gabinete compuesto por los ministros de Relaciones Exteriores, de Economía, de Educación, de Industria, de Trabajo, de Ganadería, de Turismo, y de Vivienda, ademá del director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García.
El organismo también tiene una Secretaría de Transformación Productiva y además participan varias dependencias estatales. Entre ellas, está la Corporación Nacional para el Desarrollo, la Agencia Nacional de Desarrollo, el Instituto Nacional de investigación Agropecuaria y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional.
Años atrás, el gobierno ya había planteado mecanismos para atender a sectores en problemas. En 2009, para atenuar el efecto de la crisis económica, la primera administración de Tabaré Vázquez conformó el Gabinete Productivo con la intención de elaborar medidas paliativas para industrias afectadas como la del cuero, la textil y la automotriz, entre otras.
Con el cambio de mando, en enero de 2010 el presidente electo José Mujica instaló dos gabinetes: uno productivo y otro social. El primero quedó conformado por los ministerios de Economía, de Ganadería, de Industria y de Trabajo. Pero las acciones de ese gabinete se fueron diluyendo en el tiempo.
Urgencia. Al inicio de este gobierno, García presentó al Sistema Nacional de Competitividad como uno de los buques insignia de la OPP. Pero la nueva dependencia interinstitucional no mostró todavía sus frutos para el sector industrial.
El presidente de la Cámara de industrias (CIU), Washington Corallo, indicó a El Observador que la gremial mantuvo contacto con García para intercambiar sobre el sistema.
"Hasta ahora no vimos ningún resultado. (García) nos dijo que luego de Semana Santa nos iba a notificar cómo va a trabajar el sistema. Que iban a haber propuestas interesantes. La industria no puede seguir esperando; precisamos respuestas urgentes del gobierno", reclamó Corallo.
"No se necesita solo el plan nacional de competitividad. Se precisa por ejemplo una baja de las tarifas y que eso sea rápidamente no dentro de seis meses", añadió el presidente de los industriales.
La CIU maneja una serie de medidas que colaboren a paliar la pérdida de competitividad que actualmente sufren las empresas que incluso fueron planteadas hace dos semanas al ministro de Economía, Danilo Astori.
Algunas de las propuestas de los industriales es que se aplique una rebaja de los aportes patronales y una reducción del costo fijo de la energía eléctrica.
"El aparato productivo uruguayo no puede más; cada vez son más las empresas con problemas, estamos hablando de medidas urgentes", remarcó Corallo. Otro elemento señalado fue la rigidez laboral que lleva a las empresas a hacer frente a ajustes salariales que en algunos casos no pueden pagar. Los industriales sostienen que ese combo de aspectos negativos es el que determinó el cierre de muchas empresas.