Si los precios permanecen estancados cuando la Fed endurezca la política monetaria, las tasas "reales" ajustadas por inflación subirían más rápido que lo que desea la Fed y amenazarían a la recuperación.
Los funcionarios de la Reserva Federal que planean elevar las tasas de interés a partir de setiembre se han visto alentados por un sólido crecimiento del empleo en Estados Unidos, pero en la inflación está la clave sobre qué tan lejos puede ir el banco central al subir los tipos. Las autoridades de la Fed han dicho que no necesitan ver una aceleración de precios para empezar a elevar las tasas tras seis años en que han oscilado cerca de cero, y un "despegue" parece casi seguro tras una nivel de desempleo de 5,3% , el más bajo desde abril de 2008. Sin embargo, subir aún más las tasas sería un salto de fe sin una prueba de que los precios están aumentando, según funcionarios actuales y retirados familiarizados con el debate al interior del banco central y la investigación sobre inflación.
Si los precios permanecen estancados cuando la Fed endurezca la política monetaria, las tasas "reales" ajustadas por inflación subirían más rápido que lo que desea la Fed y amenazarían a la recuperación.
Dada la incertidumbre entre economistas sobre el modo en que funciona la inflación en el mundo tras la crisis económica, podría ser riesgoso asumir que necesariamente habrá precios más altos tras una mejora del mercado laboral. "Hay un gran componente de inflación que simplemente será idiosincrático e inexplicable", dijo el ex director de investigación de la Fed, David Stockton.
Según Stockton, después de un alza inicial de tasas, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, encabezará un "examen de cabeza fría y desapasionado" sobre qué están mostrando realmente los datos de inflación. "Si la inflación no vuelve a la meta (...) entonces ella puede argumentar que se adopte un endurecimiento mucho más gradual", agregó.
La inflación será el tema clave en la conferencia económica anual de la Fed en Jackson Hole entre el 27 y el 29 de agosto. La inflación no cayó tanto como se esperaba durante la recesión de 2007-2009, no ha subido tanto como se preveía durante la recuperación y existe la sospecha de que podría ser difícil que cambie mucho, dijo Michael Owyang, vicepresidente asistente del Banco de la Reserva Federal de St. Louis.
"Ha habido mucha investigación nueva (...) Y no estoy seguro de que haya un consenso sobre cómo la política monetaria afecta a la inflación en el rango cercano a cero", sostuvo, en referencia a que la tasa de interés referencial de la Fed se ha mantenido cerca de cero desde fines de 2008. "La dinámica de la inflación ha cambiado", agregó.
Los más recientes pronósticos de la Fed sitúan a la inflación en la meta del 2% en 2017 y que las tasas de interés alcancen un nivel neutral en algún momento del próximo año. La inflación subió sólo un 0,3% en el segundo trimestre, pese a que la medición preferida por la Fed, que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía, alcanzó un 1,3% y ha estado cayendo desde 2013.
Una serie de impactos han pesado también sobre los precios desde 2007, comenzando con la crisis financiera en Estados Unidos, seguida por los problemas de deuda de la zona euro, la desaceleración económica en China, un desplome mundial de los precios de las materias primas y los esfuerzos de los hogares por reducir la deuda y ahorrar más.