La lectura de junio del índice de precios al consumidor (IPC) estuvo en línea con las expectativas de los economistas, tras una caída del 0,3% en mayo.
Washington. Los precios al consumidor de Estados Unidos permanecieron estables en junio gracias a una baja de la gasolina, lo que ofreció alivio a los consumidores y algo de margen a la Reserva Federal para hacer más expansiva su política monetaria con miras a dar un impulso a la economía.
Otro dato el martes mostró que la producción industrial estadounidense repuntó en junio, pero no lo suficiente para contener una tendencia a la desaceleración del crecimiento registrada en las fábricas del país.
Las cifras de la inflación marcan una nueva señal de la debilidad de la demanda interna, caracterizada por caídas en las ventas minoristas durante los últimos tres meses.
La lectura de junio del índice de precios al consumidor (IPC) estuvo en línea con las expectativas de los economistas, tras una caída del 0,3% en mayo.
Excluyendo los rubros volátiles de los alimentos y la energía, las presiones inflacionarias también fueron benignas. El IPC estructural creció un 0,2% por cuarto mes consecutivo.
Los datos dan cierto margen de maniobra a la Reserva Federal -el banco central de Estados Unidos-, que está evaluando opciones para asistir en la recuperación económica, que se ha visto significativamente desacelerada en los meses recientes.
En un informe separado, la Fed dijo que la producción industrial creció un 0,4% en junio, impulsada por la actividad en fábricas, especialmente automotrices. No obstante, el crecimiento en las manufacturas siguió fuertemente desacelerado en el segundo trimestre.
La producción industrial creció a una tasa anual del 1,4% durante el segundo trimestre de este año, comparado con una tasa del 9,8% en los tres meses anteriores, indicó la Fed.
Las minutas del encuentro que la Fed celebró en junio mostraron la semana pasada que la entidad estaba abierta a comprar más bonos para mantener bajos los costos de endeudamiento, pero que la recuperación debía deteriorarse más para que se tome una decisión de ese tipo.
La economía estadounidense creció un magro 1,9% anual en el primer trimestre y las proyecciones para el período abril-junio apuntan a un ritmo incluso más débil del 1,5%.
La inflación de junio fue contenida por una baja del 2% en el precio de la gasolina, que compensó el alza del 0,2% en el valor de los alimentos.
El precio de la gasolina en el surtidor ha caído unos 53 centavos desde su máximo superior a los 4 dólares por galón alcanzado en abril, lo cual da un respiro a los presupuestos familiares en medio de un estancamiento de los salarios.
Los ingresos semanales promedio, ajustados por la inflación, treparon un 0,5% el mes pasado, tras subir un 0,2% en mayo, según indicó el Departamento de Trabajo. Frente a junio del 2011, los ingresos semanales crecieron un 0,6%.
En términos anuales, la inflación minorista acumuló una tasa del 1,7% en junio, tras aumentar el mismo margen en mayo.
Los precios a nivel subyacente, que excluyen la energía y los alimentos, fueron impulsados por cuarto mes consecutivo con un alza del 0,5% en el precio de la ropa, mientras que los precios de los autos nuevos aumentaron un 0,2% tras elevarse en el mismo margen en mayo.
Los precios de los autos y camiones usados permanecieron estables luego de tres meses de fuertes incrementos.
En los 12 meses a junio, el índice subyacente subió un 2,2% tras aumentar un 2,3% en mayo. Esta medición ha repuntado tras haber tocado mínimos del 0,6% en octubre. La Fed apunta a un nivel del 2%.