Una tendencia a la baja en la inflación sería recibida por los diseñadores de políticas como una confirmación de que una serie de alzas en las tasas de interés y en los requerimientos de reservas bancarias está funcionando.
Pekín. La inflación en China retrocedió a un 6,1% en septiembre, alejándose adicionalmente desde el máximo en tres años que tocó en julio, aunque las presiones sobre los precios de los alimentos disuadirán al banco central de aflojar las riendas políticas.
Una tendencia a la baja en la inflación sería recibida por los diseñadores de políticas como una confirmación de que una serie de alzas en las tasas de interés y en los requerimientos de reservas bancarias está funcionando, justo cuando la economía china exhibe una mayor tensión por el bajón global.
Ya que la inflación aún está cerca del máximo en tres años que tocó en julio, de un 6,5%, pocos analistas creen que China seguirá los pasos de Brasil, Indonesia y Singapur y alivie su política en el corto plazo, a menos que se registre un marcado deterioro en los problemas de deuda en Europa.
"La desaceleración de la inflación registrada el mes pasado no es lo suficientemente drástica para reducir las expectativas inflacionarias, y aún es demasiado pronto para confirmar una tendencia al debilitamiento en las presiones de los precios", dijo Qiao Yongyuan, un analista de CEBM en Shanghái.
"El banco central posiblemente mantendrá su actual postura monetaria y aguardará el reporte de datos en los próximos meses para juzgar la dirección de su política", dijo Qiao.
La desaceleración de la inflación en septiembre estuvo en línea con la previsión de los economistas y se ubicó por debajo de la lectura en agosto de un 6,3%.
La presiones sobre los precios de los alimentos continuaron sólidas, trepando un 13,4% desde el mismo período un año atrás, y sin variación desde el ritmo registrado en agosto.
La inflación de los productos no alimenticios bajó a un 2,9% desde un 3% en agosto, mostraron los datos.