El director regional de la OIT, José Salazar, señaló que "el trabajo doméstico es una de las ocupaciones con mayores tasas de empleo informal en América Latina y el Caribe, ocho de cada diez personas en trabajo doméstico están en condiciones de informalidad. Esto representa 10% del empleo informal en la región".
El informe titulado "Políticas de formalización del trabajo doméstico remunerado en América Latina y El Caribe", precisó que este 77,5% no cuenta con seguridad social, cumple jornadas extenuantes y recibe salarios bajos.
La situación de informalidad afecta principalmente a las mujeres, que representan el 93% de las personas en trabajo doméstico en la región, es decir, alrededor de 16 millones 500 mil mujeres.
El informe agregó que esta ocupación genera empleo para el 14,3% de las mujeres. "Una de cada siete mujeres ocupadas en la región es trabajadora doméstica; por lo tanto, mejorar sus condiciones de trabajo es fundamental para reducir la desigualdad de género".
El director regional de la OIT, José Salazar, señaló que "el trabajo doméstico es una de las ocupaciones con mayores tasas de empleo informal en América Latina y el Caribe, ocho de cada diez personas en trabajo doméstico están en condiciones de informalidad. Esto representa 10% del empleo informal en la región".
"Esta es una situación de discriminación compleja, con arraigos históricos en nuestras sociedades en regímenes de servidumbre y con actitudes que contribuyen a hacer invisible el trabajo de las mujeres, muchas de ellas indígenas, afrodescendientes y migrantes", expresó.
"Mejorar las condiciones de trabajo de las trabajadoras domésticas es una deuda histórica y una necesidad si queremos dar un salto cualitativo en la erradicación de las desigualdades, la discriminación de género y la pobreza en la región", planteó el funcionario.
Salazar recordó que la OIT adoptó en 2011 el Convenio 189 sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos, norma internacional que ha sido ratificada hasta la fecha por 22 países, de los cuales 12 son de América Latina y El Caribe.
Al nivel mundial, América Latina tiene 37% de todas las trabajadoras y trabajadores domésticos del mundo, lo cual la coloca en segundo lugar después de Asia.
De acuerdo con el informe, los países que han tenido más éxito en la formalización son los que han aplicado estrategias multidimensionales.
El documentó agregó que junto con reformas legales para equiparar derechos hay otras medidas como acciones para garantizar el derecho de las trabajadoras domésticas a la seguridad social e igualar el salario mínimo con el de sectores de similares niveles de cualificación.
El informe expresó que sólo 28% de las personas que se dedica al trabajo doméstico contribuye a la seguridad social, comparado con el 47% del total de personas ocupadas.