Datos sobre el nivel educativo y habilidades adquiridas de manera informal deberían ser captados desde el primer contacto con refugiados.
País de origen y motivo para emigrar. Estos, y no los relacionados con la educación, son los datos captados por las autoridades alemanas en el primer contacto con los refugiados. Por lo menos en el caso de los que provienen de los llamados “Estados no seguros”, esto debería ser distinto: debería solicitarse de inmediato información sobre el nivel educativo y otras cualificaciones, considera la Fundación Otto Benecke. Estas personas, previsiblemente, permanecerán en el país y es necesario promover su desarrollo, opina la institución.
A muchos refugiados les faltan documentos que comprueben sus estudios y por ello no se indaga más, afirma Hans-Georg Hiesserich, representante de la fundación con sede en Bonn. Primero debería confiarse en lo que digan los refugiados acerca de su instrucción y luego, en un segundo paso, promover la obtención de certificados por medio de exámenes, dice el especialista.
Estas informaciones podrían quedar almacenadas en una tarjeta electrónica, por ejemplo. Proyectos similares ya tienen lugar en Hamburgo, Friedland o Reutlingen. Pocas de las empresas que acuden a las agencias de empleo para reclutar personal calificado lo encuentran, dice Regina Karsch, del Sindicato de Trabajadores del Sector Minero, Químico y Energético. Por ello, “quienes tienen contacto con los refugiados deben recibir también capacitación para reconocer talento, incluso el adquirido a través de vías informales. También deben poder transmitir la información a posibles empleadores”, indica Hiessernich.
Todo esto, naturalmente, tiene un costo. Pero ignorar estos aspectos implica el riesgo de repetir errores del pasado. En anteriores generaciones de inmigrantes, las cualificaciones de éstos no fueron tomadas en cuenta. Es por eso que aún hay en Alemania doctoras dedicadas a limpiar casas, científicos que conducen taxis, o ingenieros que trabajan como obreros. Las inversiones por parte del Estado tendrían un retorno en la forma de ingresos fiscales y aportes al presupuesto social.
La Federación Alemana de Sindicatos (DGB) ofrece además cursos para miembros de consejos de personal, encargados de migración o sindicalistas en temas como el reconocimiento de estudios realizados en el extranjero. “Debe haber en las empresas personas que se ocupen de estos y otros temas como la ampliación de los estudios”, dice el director de este proyecto, Daniel Weber. Los consejos de personal tienen la misión fundamental de evitar que se produzcan relaciones de explotación en los que se pague menos por trabajo igual.
Aún con títulos profesionales, a menudo son necesarios cursos adicionales para obtener el reconocimiento oficial de estudios profesionales en Alemania. Los empleados muchas veces carecen de los recursos para realizar dichos cursos. Los empleadores podrían colaborar con apoyo financiero, o a través de capacitación al interior de las empresas. Así, los consejos de personal podrían promover que las empresas ofrezcan un plan de capacitación para todos los trabajadores, dice la DGB.