La estimación fue realizada por el Banco Mundial. Moody's Analytics, por su parte, a través de su director Alfredo Coutiño, indicó que "hay una recomposición en los flujos de capital que se va a dar entre este año y el próximo".
México DF. Un pronosticado repunte en las inversiones de largo plazo que desplazarían a los capitales golondrina, puede ser el remedio que busca América Latina para calmar el vertiginoso fortalecimiento de sus monedas.
Durante los próximos dos años se espera que la inversión extranjera directa en la región aumente casi un 30% hasta los US$128.000 millones y retome su papel preponderante en el total de dinero que aterriza en esta parte del globo, de acuerdo con estimaciones del Banco Mundial.
Mucho depende del comportamiento de las economías más avanzadas.
Las inversiones de cartera bajarían en América Latina ante las mejores perspectivas de crecimiento en el mundo desarrollado, que permitirían subir tasas de interés y reducir la brecha de rendimientos, y por el eventual retiro del dinero de bancos centrales destinado a revivir las grandes economías.
Son buenas noticias para los gobiernos latinoamericanos, que luchan desde hace meses por contener la ola de capitales de corto plazo porque han avivado la ganancia de sus monedas y amenazan la competitividad de su preciado sector exportador.
"Hay una recomposición en los flujos de capital que se va a dar entre este año y el próximo", dijo Alfredo Coutiño, director de Moody's Analytics para América Latina con sede en Pennsylvania, Estados Unidos. "Se espera que los procesos de revaluación cambiaria disminuyan o pierdan fuerza durante el 2012", acotó.
Las revaluaciones de las monedas, provocadas en parte por el capital especulativo, fueron de un 30% para el real de Brasil y el peso de Colombia, y de un 15% en el peso chileno desde el 2009, para mencionar a algunos países.
En Latinoamérica se tomaron medidas para moderar la velocidad a la que entra el dinero especulativo, como encajes bancarios, impuestos a inversores extranjeros y swaps cambiarios reversos en Brasil, millonarias compras de divisas en Chile o mantener capitales en el exterior como Colombia.
Pero estas medidas sólo apaciguaron un poco la catarata de capital de cartera, que se destina a bonos de deuda, acciones de empresas o al mercado de dinero, y que es pasajero y puede crear burbujas en los precios de los activos.
Si bien las presiones que ponen estos flujos volátiles a las monedas locales disparan el poder adquisitivo de la gente, también suben los costos de producción para los exportadores, que han sido el motor de la bonanza económica regional.
"No hay una respuesta fácil para todo esto", dijo Joydeep Mukherji, director senior de Calificaciones Soberanas para América Latina de S&P en una reciente conferencia telefónica, cuando se le preguntó cuál era la solución a estos problemas.
Del dinero caliente al más frío. Pero ahora el pronosticado aumento en la inversión extranjera directa a niveles previos a la crisis global del 2008 podría ayudar a resolver este dolor de cabeza.
Al destinarse a abrir industrias, comercios, negocios de servicios, o a crear infraestructura, estos capitales de largo plazo tienen un efecto lento en las monedas, son un impulso para la productividad y no distorsionan a la economía.
"Un aumento en la relativa importancia de la inversión directa (...) es una buena señal, ya que reduce en cierta medida los riesgos relacionados a los altos flujos de capitales" especulativos, dijo Gastón Gelos, subjefe de división en el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, en respuesta a un correo electrónico enviado por Reuters.
El Banco Mundial espera que para el 2012 las inversiones de cartera en Latinoamérica bajen un 18% desde los niveles del año pasado a US$85.000 millones.
Las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) coinciden y pronostican para este año una caída del 24% en los capitales de corto plazo colocados en bonos, en el mercado de dinero o en acciones de la región, y un alza del 23% en la inversión extranjera directa.
"No son dineros calientes, no se van a mover con mucha rapidez. Son dineros que entran y van a estar invertidos a plenitud dentro de la economía por un término de tiempo extremadamente importante", dijo Enrique Alvarez, economista jefe de Mercados Emergentes para IDEAglobal en Nueva York.
"Mientras más inversión extranjera directa tengamos y menos portafolio, eso va a ser más favorable para la región", acotó.
El aumento en las inversiones de largo plazo, que se espera se destinen mayormente a infraestructura y a industrias extractivas de materias primas, no sería sólo consecuencia de la partida de algunos flujos especulativos a otras latitudes.
Los capitales de largo aliento llegarían a Latinoamérica atraídos también por la estabilidad política y económica, una clase media que se expande como en ningún otro lado en el mundo y un consumo interno nunca antes visto, según analistas.
Cuestión de Ritmo. Por lo pronto, General Motors anunció el jueves una inversión millonaria en su complejo en la ciudad mexicana de Toluca para hacer motores.
"Sabemos que estas empresas se pueden ir realmente a cualquier parte del mundo, desde cualquier país de América Latina (...), se pueden ir a cualquier parte de Asia (...), se pueden ir al propio Estados Unidos", dijo el presidente de México, Felipe Calderón, durante el evento.
"General Motors es una empresa y sus decisiones son de negocio, y esta decisión de negocio que hizo de invertir 540 millones de dólares más en México es por algo", sostuvo.
Ese "algo" es una combinación de factores, como los crecientes costos laborales en países de Asia mientras la clase media se consolida, y los precios a niveles máximos de dos años del combustible para barcos, que fomenta que los negocios estén más cerca geográficamente de los mercados de consumo.
Mientras tanto, los bancos centrales no tienen muchas más opciones que seguir adelante con sus medidas para domar los capitales de corto plazo que entran por sus fronteras.
En realidad, el problema no es la fortaleza de las monedas, sino la velocidad a la que ocurre, que supera el ritmo de las soluciones estructurales a nivel educativo, tecnológico y de infraestructura para fortalecer la competitividad.
Y esas soluciones, que blindarían a la región de los vaivenes monetarios, son una de las mayores asignaturas pendientes de Latinoamérica.
"Las autoridades tienen que enfocarse de largo plazo a mejorar la productividad del país", dijo Bertrand Delgado, analista para Mercados Emergentes de Roubini Global Economics.
"Lo único que les va a quedar es cada vez ser un poco más agresivos en el corto plazo para reducir el flujo de capitales", agregó.