La titular de la Reserva Federa de EE.UU. es la oradora principal de una conferencia bancaria global en Jackson Hole, en Wyoming, el viernes, una ocasión que los jefes de la Fed tradicionalmente han usado para señalar la dirección de la política monetaria.
Washington. La presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellen, tendrá al final de la semana la difícil tarea de convencer a los mercados financieros de que puede guiar a un banco central dividido hacia un alza de tasas de interés este año, tras iniciar 2016 con cuatro incrementos en el radar.
Yellen es la oradora principal de una conferencia bancaria global en Jackson Hole, en Wyoming, el viernes, una ocasión que los jefes de la Fed tradicionalmente han usado para señalar la dirección de la política monetaria.
Los funcionarios de la Fed comenzaron el año con el viento a su favor tras haber sacado adelante un alza de los tipos en diciembre, la primera en casi una década. Sus pronósticos entonces eran que la economía era lo suficientemente fuerte para aguantar cuatro subidas más en 2016.
Pero la Fed ha sido golpeada por una desaceleración del crecimiento mundial, por la volatilidad de los mercados financieros -primero ante la preocupación por China y luego por la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea- y por datos económicos irregulares en Estados Unidos.
Con solamente tres reuniones más en el año, los inversores se preguntan si finalmente tomará la decisión de actuar.
"Se puede decir todo lo que se quiera, pero el hecho está ahí: en los últimos siete años hemos tenido una miserable alza de 25 puntos básicos. Muestren algo concreto", dijo Don Ellenberger, gestor de cartera de Federated Investors en Pittsburgh.
Los precios de los contratos de futuros de las tasas de fondos federales sugieren que los inversores casi no ven probabilidades de un alza de tasas en septiembre y en noviembre, y que están divididos sobre qué pasará en la última reunión del año en diciembre.
Si Yellen no consigue convencer a Wall Street sobre el curso de la política monetaria, un alza de las tasas podría desencadenar un desorden financiero como el que se vio en 2013, cuando el anuncio del final del programa de compra de bonos del banco central pilló a los inversores con la guardia baja.
"Su tarea es difícil", dijo el presidente de la Reserva Federal de St. Louis, James Bullard, a periodistas la semana pasada.
Bullard, quien ha criticado una estrategia de comunicaciones de la Fed que considera muy confusa para el publico, dijo que estaba sorprendido de que la distancia entre las expectativas del banco central y las de los mercados siguiera siendo tan amplia.
Los inversores apostaban en diciembre de 2015 a dos alzas de tasas en el año siguiente, lo que se comparaba con las cuatro a las que apuntaba la Fed. Las perspectivas eran casi iguales a las que cada lado tenía un año antes, en diciembre de 2014.
La brecha ahora es más amplia. Los funcionarios anticipan tres alzas de tasas en 2017, además de dos este año. Los mercados financieros, en cambio, indican que los inversores sólo ven un aumento del costo del crédito desde ahora hasta fines de 2017.
"Todavía tenemos esta desconexión entre los mercados y la Fed", dijo Bullard.
Un problema de credibilidad. A algunos de los funcionarios de la Fed les preocupa que la economía, que ha mostrado sólidos aumentos del empleo pero tasas de inflación preocupantemente débiles, esté atascada en una senda de crecimiento flojo que requiera años de bajas tasas de interés y nuevas herramientas de política monetaria.
Las tensiones entre quienes creen que es el momento de subir las tasas y aquellos que quieren esperar se hicieron evidentes en las minutas de la más reciente reunión de política monetaria de la Fed, el 26 y 27 de julio, que se publicaron la semana pasada.
Yellen ha buscado que la Fed prescinda del enfoque conocido como "orientación futura", una herramienta de comunicación que se ha usado para garantizar al mercado que la política monetaria seguirá siendo expansiva. El actual sesgo de la Fed es que "depende de las cifras" y que un alza puede decidirse en cualquier reunión.
El economista de Barclays Michael Gapen dice que Yellen podría usar el discurso de Jackson Hole para ofrecer un mensaje concreto: que habrá un alza de tasas en los próximos meses si el empleo se mantiene sólido en Estados Unidos. De otra manera, se arriesga a que los inversores sigan dudando de los futuros incrementos en los fondos federales, añadió.
"Se preguntan si ella alguna vez verá las cifras que justifiquen un alza de tasas", insistió Gapen. "Creo que ella tiene un problema de credibilidad con los mercados".