El ministro de Transportes, Leo Varadkar, se convirtió en el primer miembro del gabinete en sembrar públicamente la duda sobre la capacidad de Irlanda de recaudar dinero en el mercado de bonos, debido a los altos rendimientos exigidos por los inversionistas.
Dublín, Atenas. Irlanda podría tener que solicitar otro préstamo de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, puesto que tendrá problemas para volver a los mercados de deuda y recolectar fondos el próximo año, dijo este domingo un ministro irlandés.
En declaraciones al periódico The Sunday Times, el ministro de Transportes, Leo Varadkar, se convirtió en el primer miembro del gabinete en sembrar públicamente la duda sobre la capacidad de Irlanda de recaudar dinero en el mercado de bonos, debido a los altos rendimientos exigidos por los inversionistas.
"Creo que es muy poco probable que podamos regresar el año próximo. Creo que podría tomar un poco más de tiempo (...) El 2013 podría ser posible, pero ¿quién sabe?", indicó Varadkar, según fue citado en el reporte.
Posteriormente indicó que ello "significaría un segundo programa" de préstamos de la UE y el FMI, y que "ya sea una extensión del programa existente o un segundo programa. Creo que esa es la perspectiva de la mayoría de la gente".
El viceprimer ministro Eamon Gilmore dijo a la emisora RTE que los temores de un efecto dominó por los problemas de Grecia eran exagerados. La posibilidad de una cesación de pagos desde Atenas ha disparado los rendimientos de los bonos de los endeudados Irlanda, Portugal y España.
"No es una situación en la que si Grecia incumple sus obligaciones hay consecuencias inmediatas para Irlanda", sostuvo Gilmore.
"Si Grecia detiene los pagos, hay implicaciones para toda la zona euro y obviamente somos parte de eso (...) Es incorrecto poner a Irlanda en la misma canasta que a Grecia", aseveró.
Ambiciones privatizadoras. Las esperanzas de Grecia de evitar un cese de pagos disminuyeron el fin de semana, en medio de temores de que el país haya perdido las metas fiscales establecidas por sus acreedores. Atenas carga con unos 330.000 millones de euros en deuda.
El FMI desestimó los reportes de que un equipo internacional de inspección encontró que Grecia perdió todas sus metas fiscales.
Pero la actual misión en Atenas ha permanecido en el país por mucho más tiempo que en ocasiones anteriores y está empantanada en conversaciones con el gobierno para hacer andar las reformas económicas.
Los acreedores de Atenas están cada vez más enfocados en la posibilidad de recaudar más fondos con privatizaciones y una encuesta realizada este domingo arrojó que una abrumadora mayoría de griegos está a favor de vender y desarrollar activos del Estado, a fin de recaudar 50.000 millones de euros.
El Banco Central Europeo y el FMI no creen que el programa de privatización sea lo suficientemente ambicioso.
El miembro del panel de política del BCE Juergen Stark dijo que Grecia podría elevar seis veces más los 50.000 millones de euros planeados de la venta de activos, reiterando posturas anteriores del FMI.