Mario Monti afirmó que "las tensiones que acompañan en los últimos años la eurozona han adquirido ribetes de una disolución psicológica de Europa. Tenemos que luchar duro para ponerles coto. Si comparamos a Europa con una catedral, el euro es la más perfecta de sus torres, hasta ahora".
El primer ministro italiano, Mario Monti, advirtió que la crisis del euro generó un resentimiento entre las naciones europeas que en última instancia podría provocar el desmembramiento de toda la Unión Europea.
En una entrevista que publicó este domingo el semanario alemán Der Spiegel, el jefe de gobierno de la tercera economía de la eurozona llamó a sus pares del continente a "explicar la situación real de Europa y no ceder ante los viejos prejuicios".
"Las tensiones que acompañan en los últimos años la eurozona han adquirido ribetes de una disolución psicológica de Europa. Tenemos que luchar duro para ponerles coto. Si comparamos a Europa con una catedral, el euro es la más perfecta de sus torres, hasta ahora", opinó el mandatario.
Si la moneda común se convierte en un factor del desmembramiento europeo, "entonces serán destruidas las bases del proyecto Europa", pronosticó.
Por ello, dijo Monti, "la función primordial de los mandatarios es la de explicar la situación real de Europa y no ceder ante los viejos prejuicios".
"Entre el norte y el sur hay prejuicios mutuos. Es muy preocupante y los tenemos que combatir", urgió el premier, citado por la agencia de noticias DPA.
La crisis de deuda de Europa comenzó hace dos años en Grecia y se extendió rápidamente a Irlanda y Portugal, todos los cuales tuvieron que pedir rescates soberanos a la UE y al FMI para evitar un default y una salida del euro.
España solicitó este año un rescate europeo para sus bancos y parece encaminada a necesitar otro salvataje pero estatal, mientras que Italia tiene una deuda pública del 120% de su PBI, su economía está estancada y paga intereses cada vez más altos para obtener dinero en los mercados de crédito.
Sobre los temores de Alemania de convertirse en financista de los países del Sur, el jefe de gobierno italiano recordó que "mucho de lo que Alemania y Francia han hecho por ayudar a Grecia también redunda en beneficio de los bancos alemanes y franceses, acreedores de larga data de Grecia y los bancos griegos".
Por otra parte, Monti acusó de forma indirecta a Finlandia de contribuir al agravamiento de las tensiones en los mercados.
"Hay un par de países que están al norte de Alemania que cada vez que llegamos a un consenso en el Consejo Europeo, uno o dos días después dicen cosas que cuestionan nuevamente este consenso", se quejó.
Monti recomendó a los jefes de gobierno de la UE preservar su libertad de acción frente a sus propios Parlamentos.
"Cada gobierno tiene también el deber de educar al Parlamento (...) Si los gobiernos supeditasen por completo sus decisiones a sus Parlamentos sin conservar un margen de negociación propio, sería más probable que Europa se desmembrase a que se integrase de forma más estrecha".
Las declaraciones del gobernante italiano desataron el enojo en las filas de los partidos conservadores de la canciller Angela Merkel.
De "atentado a la democracia" las tachó el secretario general de la Unión Social Cristiana (CSU), la rama bávara de la Unión Cristiano Demócrata de Merkel, Alexander Dobrindt.
"La codicia por el dinero de los contribuyentes alemanes hace brotar la antidemocracia en el señor Monti", lo cita en su edición del lunes el diario Die Welt, según DPA.
"El señor Monti necesita un mensaje claro: nosotros, los alemanes, no estaremos dispuestos a disolver nuestra democracia para financiar las deudas italianas".
El diputado democristiano Michael Grosse-Brömer sostuvo en declaraciones a la edición electrónica del semanario Der Spiegel" que el intento de limitar el control parlamentario necesario en la democracia no tiene ningún justificativo.