Docente del PAD Escuela de Dirección de Negocios de la Universidad de Piura, Marthans conversó con el editor de AméricaEconomía Perú, y fiel a su estilo, no se guardó nada.
Juan José Marthans es uno de los economistas peruanos más críticos. Es de los que cuando la mayoría resalta algún hecho o circunstancia relacionada a la economía y finanzas, suele ver el lado álgido, y lo expresa sin tapujos y con sustento. “Digo lo que pienso, le duela a quien le duela”, dice el ex superintendente de Banca, Seguros y AFP. “Por eso muchos no me quieren”.
El hoy docente del PAD Escuela de Dirección de Negocios de la Universidad de Piura conversó con Fernando Chevarría León, editor de AméricaEconomía Perú, sobre diversos temas. Fiel a su estilo, Marthans no se guardó nada.
-La economía estadounidense vuelve a tambalearse y con ella el mundo. Todo indica que la receta aplicada en 2008 para curar la enfermedad no hay surtido efecto.
-Se ha querido subsanar el mal de Estados Unidos a través de un panadol, y lo que se necesita es un antibiótico. Ese antibiótico va a generar un gran dolor en el corto plazo, pero no hay más alternativa. Era evidente que los programas de flexibilización monetaria, tanto en el frente del Tesoro como en el de la FED, no iban a dar resultados. Ello porque el problema de Estados Unidos no era de liquidez, sino de insolvencia. La relación deuda pública-PIB en EE.UU. está por sobre el 100%. Y en el frente de deuda pública, más deuda privada, más deuda de entidades financieras contra PIB está en alrededor de 400%.
-Nunca en la historia de Estados Unidos se vio tal nivel de endeudamiento.
-Nunca. Pensar que esto se arregla con mayor liquidez, con una política meramente contracíclica del lado fiscal o que el problema es meramente crediticio es errado. Esto es un problema mucho más grave derivado de la autorregulación con la que se ha manejado la economía norteamericana los últimos 30 años. El norteamericano promedio pasó de tener más de una casa a más de dos casas en términos de propiedad. Eso porque el sistema generaba incentivos como para tomar deuda, comprar un nuevo inmueble y con el alquiler del mismo pagar los intereses de la deuda financiera. Los estadounidenses se olvidaron de que existe el ciclo económico.
-Europa tampoco ha podido salir de la crisis
-Se cree que Europa fue contagiada por EE.UU., y no es así. La causa de la debacle europea es la misma del sistema estadounidense: se relaja el sistema
bancario, se presentan desbalances en el frente fiscal y en el frente externo se vive con una economía sobrecalentada. Ya los síntomas de sobrecalentamiento económico eran tremendos en España, Irlanda, el Reino Unido y Portugal desde hace mucho tiempo. Se percibía en el comportamiento de sus bolsas y de los precios de los inmuebles. Tanto Europa como EE.UU. presumieron que el tramo expansivo del ciclo era infinito y que tras el argumento de la mayor productividad y competitividad y el desarrollo tecnológico ya estaban superados todos los problemas. Ello llevó a que en el marco de una desregulación de la economía tanto europea como norteamericana se vayan gestando desbalances insostenibles.
-Es fácil hacer la leña del árbol caído, pero ¿cuáles han sido los principales errores de percepción de la crisis?
-El primero es pensar que se había superado en su primer ambiente de 2008. Nunca se logró. Lo que se hizo fue establecer paliativos para permitir esa suerte de preámbulo a este segundo gran choque que venía. La segunda mala percepción es que se cree que Europa fue contagiada por EE.UU. No. Los dos en el mismo momento han tenido el mismo mal, y eso se llama desbalances en sus frentes básicos en el comportamiento de sus economías. ¿Cómo se explica que EE.UU. haya vivido por más de 30 años con déficits en su balanza externa y déficits fiscales permanentes? ¿Dónde estuvieron el FMI y las grandes calificadoras de riesgo a nivel global? Esta crisis es hasta institucional. Nos hemos globalizado desde el punto de vista comercial y financiero, pero no desde el punto de vista regulatorio y menos aún desde el lado institucional, y no hay liderazgo.
-¿Es inminente para usted una segunda gran caída económica mundial en el corto plazo?
-Es inevitable. El hecho de que se haya aprobado la ampliación del límite de deuda estadounidense no significa que se haya pasado la valla. Lo que se ha hecho es prolongar nuevamente el mal. Y en 2012 vamos a tener el problema multiplicado. Lo que tenemos que discutir primero los economistas a nivel global es cuándo se van a sincerar Estados Unidos y Europa. Segundo, qué hacer en términos de institucionalidad global. Tercero, cómo se está recomponiendo el mundo en términos de nuevas fuerzas que se rebalancean a nivel económico, comercial y financiero.
-¿Cuál es la salida para que la economía estadounidense sane?
-Tenemos un sinceramiento (de la economía estadounidense) por venir y una ola depresiva a nivel mundial. Estos desbalances no se curan con expansión del PIB. Hay que reperfilar las expectativas de todos los agentes económicos generando una recesión correctiva. Los peruanos lo aprendimos en 1990, luego de que Alan García destrozara la economía y tuvimos que enfrentar el costo de recomponernos a través de un programa de ajuste tremendo y dolorosísimo. El Armagedón económico vendrá en 2012.
-¿Qué pasos debe seguir Estados Unidos para este sinceramiento?
-No hay más alternativa que dejar de seguir alimentando artificialmente las brechas fiscales que hoy día enfrentan muchas economías europeas y la estadounidense. Esas brechas fiscales no se pueden mantener por una razón simple: la única manera de hacerlo es con mayor deuda pública. Europa y Estados Unidos tienen las mismas cifras que Alan García nos dejó en 1990 en términos de indicadores básicos de la economía.
-¿Los países emergentes están preparados para un segundo golpe?
-Sí. Aunque el sudeste asiático lo ha hecho mejor que América Latina, pues ha generado mayor cantidad de reservas internacionales netas (RIN). Ello porque exportan tecnología, mientras que América Latina vende bienes primarios. Ello quiere decir que sin precios internacionales altos no hubiera crecido como lo ha hecho. Se habla del milagro latinoamericano… ¿qué milagro? La pregunta que yo he hecho al Banco Central de Reserva (BCRP) en los últimos meses, y que hasta ahora no contesta, es cuánto habría crecido el Perú en los últimos cinco años si no se hubieran mantenido los precios internacionales de los commodities altos. No me contestan por vergüenza, pues de hacerlo me hubieran dicho 2% o 3%. Y eso es insuficiente para un país como el Perú que tiene muchas necesidades.
-Es duro como el accionar de la economía peruana. Algunas cosas se deben haber hecho bien.
-Nadie ha dicho que el Perú no ha hecho bien las cosas. No obstante, el Estado que tiene el Perú –hablo del Estado como un aparato y no de algún gobierno en particular– hace que no crezcamos como se debe. El empresariado peruano, a diferencia del de Taiwán, Corea del Sur y otros países, tiene una suerte de lastre llamado Estado inepto. Los empresarios coreanos o taiwaneses sí tienen un Estado calibrado, eficiente, que funciona como un reloj. Lo que los peruanos tenemos que hacer es buscar que la dimensión del sector público sea una discusión de segundo nivel frente a la de primer nivel que debe ser cómo hacemos eficiente este Estado. Todos se concentran en el tamaño del Estado, o en si se crean o no dos o tres ministerios más, como si los problemas del Perú se fueran a solucionar así. ¿Alguien se pregunta qué va a pasar cuando los precios internacionales caigan? Yo se los digo: lo que hoy Alan García define como éxito en términos de reducción de pobreza se va a revertir; lo que dice que es un éxito en términos de tasa expansiva de producto se va a revertir; lo que hoy día dicen que es un éxito en ganancia de RIN se va a revertir, el crecimiento del empleo se va a revertir. Así no vamos a lograr mucho los peruanos en el mediano plazo.
-¿Qué debe hacer el gobierno de Ollanta Humala para no perder el rumbo económico?
-Va a tener que lidiarse en un equilibrio entre dos extremos muy claros: el cubrir la deuda interna, pues tenemos diez millones de peruanos pobres, y el continuar administrando el país en un contexto de escasez. El problema de la pobreza no se puede solucionar de la noche a la mañana. Si se pretende hacer eso, se va a obtener un desbalance fiscal tal como tienen hoy Estados Unidos y Europa, por otro causal, pero desbalances. Lo que el presidente Humala tiene que entender es que las finanzas no tienen ideología.
-En finanzas no hay izquierda no derecha
-Exacto. En finanzas solo hay aciertos y estupideces, y lo que nos recomienda la técnica es administrarnos y solucionar el problema de la pobreza con políticas de Estado en el mediano plazo y con recursos escasos. Digo escasos porque los precios altos no van a durar siempre, lo que implica que la bonanza en recaudación fiscal va a terminar y si nos aventuramos rápidamente a tratar de solucionar vía gasto los graves problemas que tiene el país, lo que se va a lograr es una brecha inmensa entre lo que el Estado tiene y lo que gasta. Ello nos llevaría a que los déficits fiscales se abran, lo cual sería gravísimo. Lo que tenemos que hacer los peruanos es apoyar a un ministro de Economía serio que se oponga a medidas de carácter populista y a soluciones insensatas a los problemas de desigualdad social y pobreza. Nadie está en contra de luchar contra ellos. Lo que hay es dos maneras de luchar. Una inteligente, que va a costar tiempo, y otra artificial, que en el corto tiempo rinde frutos, inclusive políticos, pero que no se sostiene en el largo plazo. El primer camino es el que hay que tomar en el Perú. El titular del MEF recién ha empezado a trabajar y ya los demás ministros empiezan a presionarlo para que gaste, aumente sueldos y otorgue partidas para programas sociales… ¿Qué es lo que se quiere? Solucionar los problemas de los peruanos con lo que no tenemos. No somos un país boyante de recursos.
-¿Cuál cree que sea el futuro del dólar?
-En la medida en que EE.UU. continúe como está, esta moneda va a seguir perdiendo valor a nivel global. El único que cree que es más rico en este país acumulando dólares es el BCR. Después nadie más. No entiendo por qué el directorio del BCR no decidió cambiar parcial, inteligente y progresivamente el stock de dólares por otras divisas. Me consta que México, Rusia, India, China son claros en ello. Están comprando más oro, lo cual es inteligente. El BCR, sin embargo, emite notas de prensa para decir que somos más ricos porque tenemos más RIN en dólares, o sea en la moneda que está perdiendo valor en todo el mundo.
-¿Cómo evalúa el comportamiento del sistema bancario peruano?
-Tienen que seguir en la ruta de tratar de desempeñarse en la orientación contracíclica que se les exigió desde 2002. En aquellos años, los bancos peruanos no entendían por qué la SBS, que en ese momento yo dirigía, les exigía mayor capital. Entendieron la importancia de eso cuando estallada la crisis tuvieron capital para afrontar el tramo depresivo y para absorber pérdidas sin necesidad de ser intervenido por el ente supervisor. Esa política continúa hasta hoy, por ello hoy tenemos holgura patrimonial para enfrentar una segunda ola de la crisis financiera internacional. Eso sí, subrayo que lo que se tiene que hacer a partir de ahora es no repetir lo que hoy estamos viendo en EE.UU. y Europa: bancas que antes de gestarse la crisis fueron laxas, que sobrealimentaron el frente del retail, del crédito de consumo y de créditos hipotecarios. ¿Quién financio eso? Los bancos. ¿Y quiénes se lo permitieron? Los entes supervisores. ¿Queremos lo mismo en el Perú?
-¿Estamos yendo camino a eso en el Perú?
-No lo creo, pero hay señales que preocupan. Por ejemplo, algunos banqueros están incidiendo mucho en la tasa de morosidad; y la tasa de morosidad no sube porque no obstante sube la mora está subiendo el crédito nuevo también. Con eso quiero decir que la tasa de morosidad no es un buen indicador para medir el riesgo crediticio en una economía como la peruana. De lo que hay que ser conscientes, por ejemplo, es que los créditos de consumo en mora vienen subiendo sistemáticamente desde 2007, y nadie dice nada. En el frente hipotecario hay una suerte de alta prolijidad para colocar más créditos, y lo que tenemos es que hoy hay entidades bancarias que no solo están llamando para ofrecer y regalar tarjetas de crédito, sino también para llevarte dinero delivery a tu casa. Se están otorgando desembolsos de dinero en efectivo sin condicionamiento. Eso preocupa. Debe cortarse de un zarpazo, y hacerlo es fácil. Basta con enviar un oficio al director y al presidente de los bancos en cuestión para recordarles cuáles son sus responsabilidades legales y que expliquen cuáles son los criterios prudenciales que permiten observar esa suerte de relajamiento en su política a favor de crédito de consumo. Ojo que estas prácticas las realizaron los bancos estadounidenses y europeos para estar como están ahora. ¿Es que no aprendemos de lo malo?