La baja inflación en Estados Unidos obligaría a la Reserva Federal a subir su tasa de interés dentro de un año. Sin embargo, expertos no descartan que en 2015 se produzca la primera alza.
Nueva York. Determinar el momento en que la Fed comenzará a subir su tasa de interés es la gran apuesta que hay en este momento entre los inversionistas en todo el mundo.
Un reciente sondeo indica que la mayoría de los analistas esperan un primer incremento en el segundo semestre de este año, con un 81% de consenso para el tercer trimestre de 2015.
El nerviosismo que hay en torno al cambio en la política monetaria de Estados Unidos es justificado, pues este fenómeno provocará que las dinámicas de inversión empiecen a cambiar en todo el mundo y en especial en la región.
Los estímulos monetarios que se dieron a partir de la crisis de 2008 permitieron que una gran cantidad de capitales ingresaran a las economías latinoamericanas, y cuando la tasa de interés de la Fed comience a subir, estos flujos podrían empezar a retornar a EE.UU.
Hay quienes consideran que la Fed esperaría un año más para empezar a cambiar la liquidez mundial. El economista Ellen Zentner y su equipo, de Morgan Stanley, entregaron un pronóstico para la primera subida de tipos de interés en la Reserva Federal y esta se daría en marzo 2016.
La firma considera que la Fed no ha cumplido con su objetivo de inflación del 2% y con la disminución de los precios del petróleo y los precios del gas, este objetivo está cada vez más fuera del alcance de la Reserva Federal.
Además, hay razones para pensar que la cotización del petróleo seguirá a la baja. El pasado miércoles, el reporte de inventarios de Estados Unidos reveló que las reservas de crudo aumentaron 6,3 millones de barriles frente los 3,9 millones que esperaban los expertos, indicando que en total hay 413,1 millones de unidades del producto sin vender dentro del país norteamericano.
Es por esto que “al analizar las tendencias de inversión del mercado de derivados se encuentra que gran parte de los inversionistas dan por hecho que el cambio de política monetaria de Estados Unidos no se daría este año”, explicó Juan David Ballén, analista de Casa de Bolsa.
En efecto, la inflación ha sido la variable problemática para Estados Unidos, ya que solo creció 0,8% en diciembre de 2014 y también se ha visto rezagada frente a otros indicadores.
El Producto Interno Bruto de este país tuvo su mayor incremento en 11 años al subir 5% en el tercer trimestre de 2014, indicando a su vez que podría finalizar el año creciendo más de 3%. Además, la tasa de desempleo se encuentra por debajo del 6%, el cual es un nivel cercano al objetivo del gobierno de la potencia norteamericana.
Sin embargo Camilo Pérez, analista del Banco de Bogotá, advirtió que “la misma Fed ha indicado que aun con los bajos precios que la economía estadounidense experimenta, estarían dispuestos a incrementar la tasa de interés. Consideran que la actividad económica es suficiente para realizar el cambio de política monetaria”.
Es una postura con la que coincide Esteban González, analista de Alianza Valores, pues afirmó que “pese a la baja inflación que se registra en Estados Unidos, todavía es probable que la Fed suba su tasa de interés en 2015, ya que en el comunicado se reconoce que todavía se pueden soportar más caídas.
No obstante, González advirtió que “si este año el crecimiento de los precios tiende a cero o si se produce deflación dentro de Estados Unidos, es decir, inflación negativa, todo el panorama cambiaría y es probable que el Emisor tome nuevas medidas y cambie su estrategia”.
Cambiar su política monetaria tal vez no sea lo mejor en este momento para Estados Unidos. Para Ballén, “el hecho de que China bajara sus encajes bancarios confirma que la mayoría de los países del mundo están optando por políticas expansionistas a raíz del poco crecimiento global.
Es por esto que recientemente los bancos centrales de Canadá, Australia, Suiza y Dinamarca han optado por bajar sus tasas de interés con el fin de hacerle frente a la caída del producto y a los bajos precios de sus economías”.
Aun si la Fed cambia su política monetaria este año o en 2016, los flujos de inversión no se restringirán inmediatamente. La caída de los precios del petróleo sugiere que el emisor estadounidense sería cauteloso y paciente a la hora de subir su tasa de referencia.
Cálculos del departamento de investigaciones económicas del Banco de Bogotá indican que sólo en 2017 se apreciaría un efecto significativo, pues en este año la tasa de interés norteamericana estaría por encima de 3,5%.