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La hora de las Multilatinas
Miércoles, Noviembre 14, 2012 - 18:08

Con el auge de la región en los últimos años, su fuerza ha seguido creciendo. Las ventas de las “Multilatinas Top 50” -las 50 mayores empresas que sigue AméricaEconomía en su registro- llegaron a poco más de US$623.000 millones en 2011.

Fue hace unos 15 años que las multinacionales estadounidenses, europeas y japonesas comenzaron a darse cuenta de que nuevos jugadores estaban entrando al campo de juego de los negocios globales. Se trataba de pequeños competidores de nombre desconocido y procedencia exótica como China, India, México y Brasil.

Hoy, esas compañías de los países emergentes están enfrentando la competencia de otros recién llegados. Se trata de una nueva ola de empresas que han empezado a cruzar fronteras para instalarse en la arena global. Muchas de estas nuevas multinacionales vienen de América Latina.

Son las que, hace más de diez años, AméricaEconomía bautizó como multilatinas.

Con el auge de la región en los últimos años, su fuerza ha seguido creciendo. Las ventas de las “Multilatinas Top 50”, las 50 mayores empresas que sigue AméricaEconomía en su registro de multilatinas, llegaron a poco más de US$623.000 millones en 2011, cifra superior en 11,5% a las ventas que tenían cuatro años antes.

Cifras alegres. Las Multilatinas Top 50 se concentran en los sectores de alimentos y telecomunicaciones, pero entre las 50 mayores multilatinas hay empresas en todos los sectores

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Las hay en retail, como lo muestra la reciente y fuerte irrupción en Colombia de las empresas chilenas de centros comerciales, supermercados y productos para el hogar.  Las hay en el sector de aerolíneas, especialmente después de la fusión hace unos meses de la brasileña TAM y la chilena Lan.

Entre las Multilatinas Top 50 hay empresas en los sectores de bebidas, en cemento, en construcción, hasta en tecnología.

Su distribución geográfica, sin embargo, no ha variado mucho desde que AméricaEconomía comenzó a hacer su seguimiento. En 2007, de las Multilatinas Top 50, Brasil tenía 19 y hoy tiene 16.
México en el mismo período ha mantenido su número exactamente igual en 12 empresas multilatinas.

Solo Chile y Colombia han crecido levemente en el número de multilatinas que tienen entre las 50 mayores de la región. Chile pasó de 8 multilatinas en 2007 a 10 en 2011, y Colombia en los mismos años subió de 1 a 3 multilatinas.

La consultora internacional Boston Consulting Group hizo su primer ranking de multinacionales de países emergentes en 2006, incluyendo en él a 18 empresas latinoamericanas. En su informe “The 2009 BCG Multilatinas”, tres años más tarde, la consultora identificaba ya a cien empresas multilatinas.

Muchas de las mayores multilatinas se han convertido en multinacionales de alcance global, con activos y penetración de mercado en los cinco continentes. La mexicana Cemex, por ejemplo, tiene cementeras y produce materiales de construcción en Norteamérica, Europa, Asia, el Caribe y Africa. La brasileña fabricante de aviones Embraer es hoy líder mundial en la fabricación de jets para menos de 100 pasajeros. Y la mexicana de alimentos Grupo Bimbo se ha convertido en jugador dominante en el mercado de panaderías y pastelerías de Estados Unidos tras la compra de Thomas English Muffins y el negocio estadounidense de Sara Lee.

Los porqué. En todos estos casos, y los de las demás multilatinas, las empresas llegaron donde están hoy gracias a “haber reaccionado y haberse ajustado con éxito a presiones externas que pusieron a prueba su instinto de supervivencia y su capacidad de innovación”, dice la investigadora de Insead Lourdes Casanova en su libro Global Latinas, financiado por el BID.

Según explica la autora, la irrupción de las multilatinas en la arena global se produjo a fines de los años 90, luego de que las políticas liberalizadoras y privatizadoras provenientes del llamado “consenso de Washington” se impusieran en casi todos los países de la región, como una respuesta a la crisis económica y de deuda externa de los años 80.  

La volatilidad económica presentó también “buenas oportunidades para adquisiciones”, agrega Casanova, “a medida que las multinacionales extranjeras se retiraban de una región que veían como riesgosa”.

Las lecciones de fines de siglo enseñaron a las empresas latinoamericanas una valiosa lección: internacionalizar sus operaciones era una buena manera de protegerse contra la incertidumbre política y económica y también contra las devaluaciones en el mercado local.

Y con el cambio de siglo vino el boom en los precios de las materias primas latinoamericanas, de la mano del pujante crecimiento chino y su alta demanda por commodities. Eso, sumado a las reformas económicas, avances tecnológicos, costos relativamente bajos, abundantes recursos naturales y una fuerte mejora en la capacidad de gestión, han hecho de los países de América Latina un semillero de aspirantes a empresas multinacionales.

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Lo que viene. El rápido crecimiento económico de los países latinoamericanos en los últimos diez años sacó a decenas de millones de personas de la pobreza, creando una nueva clase media y un nuevo consumidor que constituye un desafío y una oportunidad para las empresas inicialmente orientadas a vender productos de consumo masivo directamente al consumidor.

América Móvil, por ejemplo, la empresa de telefonía celular de la mexicana Telmex, tiene hoy una cuota de mercado más que razonable en casi todos los países de América Latina. Y los grandes del retail chileno, como Cencosud, Falabella y otros, han comenzado a construir y comprar centros comerciales, grandes tiendas y supermercados en Colombia, Perú, Argentina y Brasil.

¿Cómo se ve el futuro para las multilatinas? En las medida en que el crecimiento de China siga alto y su demanda por materias primas persista, es de esperar que los países de la región sigan teniendo relativamente altas tasas de crecimiento. Eso augura buena salud para las multilatinas actuales y futuras.

En el plano global, sin embargo, el débil repunte de la economía estadounidense y la incierta situación de Europa pueden constituir un freno para la pujanza del sector.

Lo único que se puede pedir a los gobiernos es que liberen más y regulen mejor para facilitar el desarrollo de las multinacionales latinoamericanas. Y a las empresas seguir desarrollando su capacidad de innovación y de gestión.

Autores

Samuel Silva