Fabricio Ponce, presidente de Coca-Cola Femsa en Colombia, explica, con hechos concretos, cómo deben trabajar los empresarios en la consecución de la reconciliación.
-En la construcción de la paz todos ponen. ¿Qué están poniendo los empresarios en Colombia?
-La consecución de la paz en Colombia es un propósito en el que deben participar todos los sectores de la sociedad y, en este sentido, la contribución de la empresa privada es fundamental. Coca-Cola Femsa ha asumido como un compromiso ser pionera en el diseño e implementación de programas de reincorporación social y económica en beneficio de quienes se han visto afectados por el conflicto armado en Colombia. Ganamos como compañía, si logramos con nuestro aporte y ejemplo contribuir para que más empresas se unan a esta causa y se acorte el tiempo y se multipliquen los esfuerzos por alcanzar la paz y la reconciliación en Colombia.
-¿Tienen dentro de sus programas de contratación contemplada la inclusión laboral de personas reinsertadas?
-La inclusión laboral de personas reinsertadas es necesariamente una meta que todos debemos considerar y el proceso para alcanzarla debe darse de manera ordenada y sistemática. Por ejemplo, algunos de los más de 600 participantes del programa Aportando Tiempo han sido proveedores de la compañía con los productos de sus proyectos productivos, como bolsas, chalecos, material POP, regalos corporativos, entre otros.
-A muchos se les vio activos en la campaña Soy Capaz. ¿De qué son capaces ustedes?
-Somos capaces de reafirmar nuestro compromiso con la paz y la reconciliación de Colombia a través de hechos tangibles y concretos que sirvan para la reconstrucción de tejido social. Por ello, continuaremos generando espacios de sensibilización que contribuyan a la superación del conflicto y desarrollaremos programas sostenibles como Aportando Tiempo, Centros Comunitarios de Aprendizaje (CCA) y Espacios de Paz y Reconciliación enfocados en la inclusión social, formación académica y capacitación empresarial.
En el marco de Soy Capaz anunciamos 620 nuevas becas de nuestro aliado el Tecnológico de Monterrey para ser otorgadas a los usuarios de nuestros Centros Comunitarios de Aprendizaje (CCA), que ya suman más de 2.200 personas beneficiarias. Creemos firmemente que la educación es la base para construir la paz de Colombia.
-¿Puede ser la suya una “empresa para la paz”?
-No queremos ser simplemente testigos de la construcción de la paz en Colombia, queremos ser protagonistas, y por ello nos consideramos una empresa de paz y para la paz, que aspira a transformar constante y positivamente las comunidades en donde opera, compartiendo con la sociedad colombiana su cultura de generación simultánea de valor económico, social y ambiental.
-¿Qué responsabilidad deberían tener los empresarios en la construcción de una sociedad pacífica como se está proyectando la colombiana?
-La participación activa de la empresa privada en este tipo de iniciativas es reciente y en esa perspectiva es muy positivo para el país que cada vez más compañías asuman una posición activa frente a esta problemática y contribuyan, como lo ha venido haciendo Coca-Cola Femsa, con la búsqueda de soluciones que promuevan la paz y la reconciliación. Cada vez más, nuestros accionistas esperan que generemos valor social, aparte del económico, y la coyuntura actual exige que ese valor social esté vinculado con la paz y la reconciliación del país.
-¿Estarían ustedes dispuestos a participar en un encadenamiento productivo que incluya poblaciones afectadas por la violencia?
-Esta es otra alternativa de inclusión que sin duda debe considerarse. Por lo pronto, estamos trabajando en generar espacios adecuados para promover el perdón y la reconciliación entre víctimas, comunidad y desmovilizados, con nuestro programa Espacios de Paz y Reconciliación. Este programa busca generar espacios para que quienes se han desmovilizado puedan, en cumplimiento de la Ley 1424 de 2010, emprender actividades de servicio social en beneficio de las comunidades y víctimas de la violencia.
Este programa lo trabajamos de la mano de la ACR y la Fundación para la Reconciliación. A la fecha se han beneficiado más de 20.000 personas de comunidades de ciudades como Pereira, Santa Marta, Ibagué, Villavicencio, Pasto, Neiva, Yopal y Barrancabermeja.