El terrorismo y la crisis de refugiados aparecen como asuntos a discutir durante el Foro Económico Mundial de 2016. Pero el tema principal es otro: la digitalización de la industria.
Klaus Schwab, presidente y fundador del Foro Económico Mundial de Davos, escribió un libro que reciben como regalo de bienvenida los participantes al evento y los periodistas que cubren el encuentro. “La cuarta revolución industrial” es el título del volumen de 188 páginas, en el que Schwab analiza las repercusiones de un fenómeno que en sus palabras “es algo totalmente distinto a lo que la humanidad ha vivido hasta ahora.”
La creciente digitalización de los procesos industriales, también llamada “Industria 4.0”, podría constituir un cambio fundamental. Según una encuesta realizada por el Foro de Davos entre directivos de empresas, hasta cinco millones de empleos podrían desaparecer en los países industrializados.
Entre los participantes célebres en el Foro de Davos figuran algunos que promueven la digitalización industrial, como Jack Ma Yun, fundador del portal comercial chino Alibaba; Sheryl Sandberg, gerente de Facebook; Eric Schmidt, presidente de Alphabet, la matriz de Google; Ya-qin Zhang, jefe del motor de búsqueda chino Baidu; Satya Nadella, jefe de Microsoft, y Hiroaki Nakanishi, jefe del consorcio japonés de maquinaria y electrónica Hitachi.
Selección peculiar. Pero pese a ello, llama la atención que la digitalización de la industria sea el tema principal del foro. Existe una gran cantidad de temas que a primera vista parecerían más urgentes.
Uno de ellos es la serie de atentados sangrientos en París, Estambul Yakarta y Uagadugú. Otro es la crisis de refugiados que divide a Europa. Uno más es la desaceleración del crecimiento de la economía china, así como la recesión en grandes países como Brasil y Rusia. Eso, sin mencionar el eterno polvorín del Cercano Oriente o la incierta situación en Ucrania, las sanciones occidentales contra Rusia o la cuestión de cómo implementar los acuerdos ambientales alcanzados en París.
Naturalmente, en Davos se hablará de todo, según aseguran los organizadores. Habrá 300 conferencias, mesas de debate y presentaciones hasta el próximo fin de semana. Participarán cerca de 2.500 políticos, gerentes y científicos de más de 100 países.
Entre ellos figuran 1.500 representantes de 1.000 empresas que cada año hacen posible la realización del Foro Económico Mundial, con aportaciones financieras de hasta medio millón de francos suizos. Además acuden más de 300 altos funcionarios, entre ellos jefes de Estado y de Gobierno, ministros, directores de bancos centrales, directivos de organizaciones como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y las Naciones Unidas. Actores de Hollywood como Leonardo Di Caprio y Kevin Spacey también estarán presentes.
Faltan protagonistas. También habrá importantes ausencias. Este año no asistirá a Davos la canciller Angela Merkel, y tampoco lo harán los jefes de gobierno de Hungría y Polonia. Todos son personajes importantes en cuanto al tema de los refugiados en Europa.
El presidente ruso, Vladímir Putin, enviará a su viceprimer ministro Yuri Trutnev, mientras que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, estará representado por el primer ministro Ahmet Davutoglu. Por Estados Unidos acudirán el vicepresidente Joe Biden y el secretario de Estado, John Kerry. Li Yuanchao, vicepresidente de la República Popular China, será el máximo representante de ese país en Davos.
