Según la Organización Internacional del Trabajo, las horas trabajadas a nivel global disminuyeron un 14% en el segundo trimestre, lo que empeora sensiblemente las previsiones de una caída del 10,7% y equivaldría a la pérdida de 480 millones de empleos a tiempo completo.

Ginebra. El impacto de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19 ha superado las peores expectativas, traduciéndose en la pérdida global del 14% de las horas trabajadas, lo que equivale a la destrucción de 480 millones de empleos en el mundo, según la Organización Internacional del Trabajo, que ve peligrar entre 34 y 340 millones de empleos en la segunda mitad de 2020 en función de cómo sea la recuperación.

Según la 5ª edición del Observatorio de la OIT sobre el impacto de la pandemia en el mundo del trabajo, las horas trabajadas a nivel global disminuyeron un 14% en el segundo trimestre, lo que empeora sensiblemente las previsiones de una caída del 10,7% y equivaldría a la pérdida de 480 millones de empleos a tiempo completo (40 horas semanales).

En los tres primeros meses de 2020, la organización calcula que las horas de trabajo disminuyeron un 5,4%, lo que equivaldría a la pérdida de 185 millones de empleos a tiempo completo.

De esta cifra, según las estimaciones de la OIT, las horas trabajadas en el segundo trimestre en el sur de Europa habrían registrado una disminución del 18%, traduciéndose en la pérdida de 10 millones de puestos de trabajo, mientras que en el conjunto de Europa y de Asia Central las horas trabajadas disminuyeron un 13,9%, lo que equivaldría a la desaparición de 55 millones de empleos.

En este sentido, la OIT calcula que la pérdida de horas de trabajo alcanzó el 18,3% en América, con la pérdida de 80 millones de empleos; en Asia Pacífico se redujeron un 13,5%, con la pérdida de 280 millones de empleos; y un 13,2% en los países árabes, con la desaparición de 10 millones de puestos de trabajo; además de un descenso del 12,1% de las horas trabajadas en África, lo que se traduciría en la pérdida de 55 millones de empleos.

En función de la evolución futura de la pandemia y de las decisiones adoptadas por los gobiernos, la OIT plantea tres diferentes escenarios para el empleo en la segunda mitad de 2020.

En su escenario base, el cual supone un repunte de la actividad económica en línea con las previsiones actuales, el levantamiento de las restricciones en el lugar de trabajo y la recuperación del consumo y de las inversiones, la OIT prevé una disminución en la pérdida de horas de trabajo del 4,9%, equivalente a 140 millones de empleos a tiempo completo en relación al cuarto trimestre de 2019.

El escenario pesimista, por su parte, asume una segunda ola de la pandemia y el regreso de las restricciones, lo cual ralentizaría la recuperación de manera significativa. Como consecuencia, se produciría un descenso de las horas de trabajo de 11,9%, con la pérdida de 340 millones de empleos en relación al final de 2019, mientras que el escenario optimista asume que las actividades de los trabajadores se reanudarán rápidamente, impulsando de manera significativa la demanda agregada y la creación de empleos.

Con esta recuperación excepcionalmente veloz, la pérdida de horas de trabajo disminuiría hasta 1,2%, lo que supondría limitar a 34 millones los empleos perdidos.

"Las decisiones que adoptemos ahora repercutirán durante los próximos años y más allá de 2030. Si bien los países se encuentran en fases diversas de la pandemia y es mucho lo que se ha hecho, debemos redoblar nuestros esfuerzos si queremos salir de esta crisis mejor que cuando comenzó", declaró Guy Ryder, Director General de la OIT.

En este sentido y de cara a la Cumbre Mundial sobre la Covid-19 y el mundo del trabajo que celebrará la OIT la semana próxima de manera virtual, Ryder expresó su confianza en que gobiernos, trabajadores y empleadores aprovechen esta oportunidad para presentar y escuchar ideas innovadoras, discutir las lecciones aprendidas y proponer planes concretos a fin de trabajar juntos y poner en práctica una recuperación con alto coeficiente de empleo, que sea inclusiva, equitativa y sostenible.