De acuerdo con el responsable del órgano asesor del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en temas económicos, en materia de gasto programable se hará un esfuerzo “importante”.
El Paquete Económico propuesto por la Secretaría de Hacienda al Congreso de la Unión contempla acciones enfocadas a fortalecer la estabilidad macroeconómica del país pero es necesario revertir el recorte a la inversión a fin de no frenar su potencial de crecimiento económico, consideró Luis Foncerrada Pascal, director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
De acuerdo con el responsable del órgano asesor del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en temas económicos, en materia de gasto programable se hará un esfuerzo “importante”, toda vez que se propone una disminución de 228.5 mil millones de pesos a precios de 2017, es decir, considerando el efecto inflacionario. Sin embargo, destacó que el gasto no programable muestra un incremento de 144.4 mil millones de pesos como consecuencia del aumento de 90.5 mil millones de pesos en el costo financiero de la deuda.
“Un aspecto que vale la pena resaltar, es que dentro del ajuste al gasto programable, la erogación por concepto de subsidios se reducirá en 105.9 mil millones de pesos, que es un buen indicio de que las autoridades hacendarias continuarán revisando las prioridades, con el objetivo de eliminar duplicidades y mejorar la asignación de recursos en aquellos programas de mayor beneficio para la población”.
El experto, que obtuvo una maestría en Economía por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), resaltó que las autoridades hacendarias cumplieron con aumentar la cifra de superávit primario que se había estimado en el documento de Precriterios publicado en abril pasado, de tal manera que ésta se elevó de un equivalente de 0.2% a uno de 0.4 por ciento. Pero aclaró que esta cifra no es suficiente para evitar que la deuda como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) aumente.
Indicó que lo negativo del ajuste al gasto programable se concentra en la disminución de 204.7 mil millones de pesos que se propone para el gasto de capital. “Nuevamente la inversión se convierte en uno de los principales renglones de ajuste al gasto público, cuando debería ser uno de los más dinámicos, considerando su capacidad multiplicadora para impulsar la actividad productiva del país y la creación de empleos”.
Remarcó que el Congreso tiene la oportunidad de dar prioridad a mantener y reforzar los programas que realmente benefician a los grupos más vulnerables, fusionar aquellos que lo permiten y eliminar todos aquellos que no funcionen y esté probado que son ineficientes y regresivos, para contribuir a cumplir objetivos como mejorar la situación de las finanzas públicas y reducir el porcentaje de la deuda, así como fortalecer la estabilidad macroeconómica.