Muchos inversores interpretaron el repentino cambio en la política tributaria como una señal de que Bolsonaro ha dado la espalda a las promesas de libre mercado de su campaña de 2018, mientras sus números en las encuestas caen antes de la carrera por la reelección del próximo año.
Sao Paulo. Las acciones y la moneda de Brasil caían este martes después de que el gobierno subió los impuestos a los bancos y a la industria química y los recortó para el diésel y el gas de cocina, la más reciente intervención económica del presidente Jair Bolsonaro que inquietó a los inversores.
El dólar se fortalecía cerca de un 2% frente al real, enviando a la moneda brasileña a un mínimo de tres meses a pesar de que el banco central subastó US$1.000 millones en el mercado al contado.
El índice de referencia Bovespa cayó hasta un 2,7% en las operaciones de la mañana, con todas las empresas que lo componen en rojo, excepto una, antes de reducir pérdidas a un 1,3% a mediodía.
Muchos inversores interpretaron el repentino cambio en la política tributaria como una señal de que Bolsonaro ha dado la espalda a las promesas de libre mercado de su campaña de 2018, mientras sus números en las encuestas caen antes de la carrera por la reelección del próximo año.
"Por primera vez, estoy empezando a perder la fe y a sentirme incómodo", dijo Dan Kawa, analista de TAG Investimentos, en una nota a los clientes. "Espero que se detengan aquí, pero las señales son que el liberalismo económico ha sido dejado de lado y el populismo está ganando terreno en la agenda (política)".
Los mercados financieros de Brasil han estado volátiles desde el mes pasado, cuando Bolsonaro destituyó al presidente ejecutivo de la petrolera estatal Petrobras por subir los precios de los combustibles.
Roberto Castello Branco, el presidente ejecutivo saliente de Petrobras, se había comprometido a seguir las tendencias de los mercados mundiales del petróleo, y su despido asustó a los inversores que temen un regreso de la costosa interferencia del gobierno en la empresa más importante de Brasil y en la economía.
El ministro de Economía, Paulo Guedes, aliado de Castello Branco y firme defensor de una ortodoxia liberal, guardó un llamativo silencio durante el episodio, lo que sugiere que su influencia ha disminuido.
"Esta decisión genera incertidumbre institucional", afirmó Paloma Brum, economista de Toro Investimentos, en relación con el repentino cambio de régimen fiscal. "En el contexto de una crisis económica, genera incertidumbre sobre si el Gobierno seguirá realmente una agenda liberal".
Entre los principales perdedores del martes estuvieron Petrobras y la empresa estatal de energía Eletrobras, que cayeron casi un 5%.
En un comunicado a última hora de la noche del lunes, la oficina del presidente anunció sus planes de aumentar el impuesto sobre la renta para las instituciones financieras al 25% desde el 20% del 1 de julio al 31 de diciembre.
El gobierno también planea eliminar un régimen fiscal especial para los productores de productos químicos como Braskem SA, cuyas acciones cayeron casi un 4%.
Esas subidas de impuestos compensan parcialmente los decretos de Bolsonaro para llevar a cero los impuestos federales PIS/Cofins sobre el gasóleo durante dos meses y el gas de cocina de forma indefinida. El mes pasado, Bolsonaro prometió reducir los costos de los combustibles cuando los camioneros amenazaron con una huelga por el aumento de los precios.