El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas advirtió que el país continuará enfrentando episodios de volatilidad que seguirán castigando al peso.

México no está en crisis. Al contrario, es la economía emergente mejor posicionada en el mundo; y este año podría crecer 2,7%, con lo que contribuirá al 85% del crecimiento de toda América Latina, afirmó el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

Sin embargo, advirtió que el país continuará enfrentando episodios de volatilidad que seguirán castigando al peso, cuya depreciación, dijo, no refleja una crisis que no hay, sino simple y sencillamente que el sistema de libre flotación del tipo de cambio es un instrumento eficaz para absorber choques externos.

Uno de los más grandes riesgos que podría enfrentar México en 2016 es el traspaso de la depreciación del peso a la inflación, la cual podría cerrar el año en 3,39%, nivel que se encontraría dentro del rango de la meta del Banco de México (Banxico), y que este continúe subastando dólares y disminuyendo sus reservas, dijo.

Es probable que en los siguientes meses comiencen los llamados efectos de segundo orden en los ajustes de precios, materializándose el traspaso de las variaciones cambiarias a los precios, arriesgando así el cumplimiento de la meta de inflación”, alertó el presidente del IMEF, Joaquín Gándara.

Cuestionó el mecanismo de subastas de dólares que ha venido realizando el Banco de México para proveer de orden y liquidez al mercado cambiario, porque ya le costó al país más de US$20 mil millones de las reservas internacionales.

“Puede resultar cuestionable continuar con los esquemas de intervención de divisas, pues mediante estas reglas se han destinado ya más de US$20 mil millones de la reserva internacional con un efecto no muy significativo para atemperar la depreciación del tipo de cambio, que ya registra varios días cotizaciones por encima de 18 pesos por dólar”, detalló.

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Ante esta situación, agregó Gándara, el Banxico tiene que evaluar si es conveniente mantener el mecanismo de subastas de dólares, mecanismo que, en aras de evitar una mayor depreciación del peso, ha ocasionado la pérdida de reservas internacionales.

La pregunta para el Banco de México es si ante esta inefectividad vale la pena seguir sacrificando reservas y si no habría que cambiar de instrumento”, sostuvo Gándara.

En su oportunidad, el vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, Gabriel Casillas, explicó que, pese a la depreciación del tipo de cambio, México no está en crisis, porque la devaluación no ha impactado de manera negativa en la inflación ni afectado la generación de empleos.

“Somos el mejor emergente, no hay duda de ello, tan es así que México, este año, va a ser responsable del 85 por ciento del crecimiento de Latinoamérica, esto es mucho, porque México crecerá probablemente 2,7%, Brasil probablemente sufra otra contracción, y los demás países no crezcan a las tasas que venían creciendo”.