La moderación del costo de la canasta básica podría dar vía libre al Banco de la República para que baje su tasa de interés para impulsar la economía. Sin embargo esto no quiere decir que lo hará.
Bogotá. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) rompió su racha alcista al ubicarse en 0,26% en el mes de mayo. El menor dinamismo en la inflación, que ocasiono una caída de 0,22 puntos porcentuales frente al mismo mes del año anterior, fue explicado principalmente por variaciones en los rubros de Diversión (2,75%), Otros Gastos (0,76%) y Alimentos (-0,28%).
Además las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) muestran que el incremento en cada uno de los grupos de gasto se originó de variaciones en servicios (3,87%) para diversión, cuidado del cabello (2,81%) para otros gastos y tubérculos y plátanos (-7,75%) en alimentos.
La estabilización del IPC tras cuatro meses de importantes ascensos, que ha llevado al indicador a situarse en 4.41% en su acumulado de los últimos doce meses, era uno de los eventos que estaban esperando varios analistas que siguen de cerca los movimientos del Emisor. El descenso del costo de la canasta básica podría implicar el fin del comúnmente llamado dilema del Banco de la República, que hace referencia a la postura en cuanto a la política monetaria que la entidad debe seguir en el escenario actual en donde hay desaceleración económica y al mismo tiempo una inflación en ascenso.
El dilema del Emisor consiste en la elección de dos posibles opciones. El Emisor puede optar por subir la tasa de interés de para situar la inflación en su rango meta de entre 2% y 4%, pero a costa de reducir aún más el ritmo de crecimiento del producto colombiano. O puede decidir bajar la tasa con el fin de impulsar el crecimiento económico vía política monetaria expansiva, aun si provoca un alza mayor del IPC.
Por esta razón el hecho de que la inflación comience a bajar su tendencia naturalmente, sin ningún tipo de intervención del banco, implicaría que el Emisor podría tener camino libre para bajar tasa de interés sin tener que atenerse a incrementos aún mayores en el costo de la canasta básica. Con lo cual podría mejorar la cifra de crecimiento del producto colombiano para este año, sobre la cual la mayoría de los pronósticos se sitúa entre 3% y 3,5%.
“La inflación local finalmente quiebra su tendencia alcista e inicia lo que consideramos el camino hacia un nivel confortable para el Banco de la República y para el mercado. Pese a que el IPC está 41 puntos básicos por encima del límite superior del rango meta, la convergencia bajista en los precios de los alimentos ha comenzado a darse, lo que mantiene nuestras previsiones de este indicador hacia el final de año entre un rango de 3,3% y 3,5%”, explicó el departamento de investigaciones económicas de Alianza Valores.
Aun si el Banco logra salir de su dilema, por ley no está obligado a mejorar las cifras de PIB, aunque por mandato constitucional se le exige esta entidad no ser ajena a las coyunturas económicas. No obstante, en la última reunión de política monetaria siguió latente el tema de la desaceleración económica, y se hizo especial énfasis en las débiles cifras económicas de los cuatro primeros meses del año.
El Emisor prevé “un menor dinamismo económico en este periodo que el registrado en el cuarto trimestre de 2014, con un dato medio de crecimiento de solo 2,7%. Finalmente, se manifestó que dada la desaceleración económica prevista, no se vislumbran presiones inflacionarias por excesos de demanda y adicionalmente se considera transitoria la subida de la inflación, y por lo tanto las expectativas continuaron ancladas al rango meta (2%-4%)”, explicó Alianza.