Líderes de Alemania, Francia, Italia y España se encuentran en Roma para buscar formas de lograr la unión fiscal y bancaria en la zona euro y, de forma más urgente, puede ser la ocasión para que España pida formalmente la ayuda de hasta 100.000 millones de euros.
Roma. Los líderes de Alemania, Francia, Italia y España intentarán encontrar un terreno común en Roma este viernes para restaurar la confianza de la zona euro antes de la cumbre de la Unión Europea de la próxima semana, calificada por el primer ministro italiano como un momento decisivo.
Los niveles de financiación peligrosamente altos de España e Italia se han aliviado algo ante las esperanzas del mercado de que surjan iniciativas políticas en la cumbre de Bruselas del 28 al 29 de junio. Si no se cumplen esas expectativas, ambos países pueden ser presionados aún más para pedir finalmente rescates soberanos.
Sin un éxito en la cumbre, "se producirían ataques especulativos cada vez más grandes en contra de cada país, encarnizándose contra los más débiles", dijo Mario Monti en una entrevista que reproducen varios periódicos europeos antes de la minicumbre.
"Gran parte de Europa se vería obligada a seguir soportando tasas de interés muy altos que pesarían indirectamente sobre las empresas. Todo esto es justo lo contrario de lo que se necesita para el crecimiento", dijo Monti.
La reunión del viernes buscará formas de lograr la unión fiscal y bancaria en la zona euro y, de forma más urgente, puede ser la ocasión para que España pida formalmente la ayuda de hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar a su banca.
Las auditorías difundidas el jueves revelaron que los bancos españoles necesitarían hasta 62.000 millones de euros de capital extra para capear circunstancias adversas.
Se espera que Merkel resista la presión de Monti, el presidente francés, François Hollande, y el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, respecto a unas políticas fiscales de la zona euro menos severas o la emisión de eurobonos.
Tras una reunión de ministros de finanzas de la zona euro el jueves por la noche, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, demandó un progreso rápido sobre varios frentes, incrementando la presión sobre Merkel.
Lagarde dijo que la unión bancaria era una prioridad, junto con la unión fiscal y el principio de deuda recíproca. Alemania rechaza la emisión de bonos comunes y no suavizará su postura hasta que se complete la unión económica. También se opone a la introducción de un marco de garantía de depósitos bancarios de todo el bloque.
Aunque las necesidades de España son más acuciantes -sus costes de financiación a medio plazo alcanzaron un récord el jueves-, las consecuencias políticas pueden ser mayores para el primer ministro italiano, el tecnócrata Mario Monti.
Ante el declive de su popularidad, los partidos que le respaldan en el Parlamento son cada vez más reacios a apoyar su propuesta de reformas, y demandan que consiga resultados en la arena europea para aliviar la presión sobre una economía italiana que se dirige a la recesión.
"La cumbre del viernes es importante para Monti en términos simbólicos porque muestra a los italianos que está en la toma de decisiones", dijo James Walston, profesor de política en la Universidad Americana en Roma.
Muy popular cuando llegó al cargo en noviembre, sus índices de aprobación han caído a la mitad a medida que ha subido impuestos y recortado las pensiones, lo que se ha sumado a una recesión grave, y su reforma laboral irritó tanto a sindicatos como a empresarios.
La cumbre de dos horas comenzará a las 1200 GMT y posteriormente habrá una rueda de prensa conjunta de los cuatro dirigentes. No se espera un comunicado conjunto.
Monti, que se presenta como mediador entre Francia y Alemania, ha insistido durante meses en que la zona euro debe suavizar el movimiento proausteridad alemán con medidas para alentar el crecimiento.
Esa posición la comparten Hollande y Rajoy, pero cuando el dirigente italiano ha intentado transformar su retórica procrecimiento en recetas políticas para la zona euro se ha topado con la frías respuesta de Merkel.
Durante la cumbre del G20 de esta semana, propuso usar los fondos de rescate de la zona euro para comprar bonos de Italia y España en el mercado secundario para bajar los costos de financiación. Probablemente lo plantee de nuevo en Roma.
El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, calificó la idea de "inteligente", pero Merkel rechazó el plan, que los inversores dijeron podría ser contraproducente a no ser que el Banco Central Europeo dé pasos decisivos para apoyarlo.