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Los enigmas del Banco Central chino
Miércoles, Agosto 12, 2015 - 10:41

El Banco Central Chino devaluó dos veces consecutivas el yuan. Lo que parece una agitada reacción a débiles datos económicos tiene razones de fondo, opina Rolf Wenkel.

La política monetaria china es actualmente enigmática. El “Banco del Pueblo de China” (como llama el Gobierno al Banco Central) ató hace años el yuan (también conocido como renminbi) al dólar. Todos los días fijaba un tipo de cambio de referencia, permitiendo que oscilara solo un dos por ciento hacia arriba o hacia abajo. Ahora permitió dos días seguido su devaluación.

El martes, el yuan perdió casi el 2% su valor. El Banco Central prometió simultáneamente permitir que los mercados pudieran influir más sobre el tipo de cambio. Lo que no impidió que interviniera nuevamente el miércoles y devaluara el yuan otro 1,6%.

¿Es el Banco Central de China esquizofrénico? Por un lado promete desacoplar a largo plazo al yuan del dólar. Pero no porque, como dice el ministro de Hacienda norteamericano, China mantenga el valor del yuan deliberadamente bajo para beneficiar sus exportaciones. Pero por otro lado, Pekín aspira en realidad a que el yuan adquiera el carácter de una moneda mundial de reserva. Y sabe exactamente que el FMI no permitirá el ingreso del yuan al club del dólar, el yen y la libra si este no puede comprarse y venderse libremente.

¿Viejos modelos?. ¿Para qué entonces esas intervenciones? Se podría sospechar que Pekín vuelve a viejos modelos: un yuan subvaluado abarata las exportaciones chinas. Y las exportaciones aseguran todavía muchos millones de puestos de trabajo en el país. El Gobierno quiere reducir a largo plazo esa dependencia de las exportaciones. Pero no por eso pone a disposición esos puestos de trabajo. Quizás, la clave para entender las intervenciones chinas sea el método con el que el Banco Central de China planea calcular en el futuro el tipo de cambio de referencia. Este no será más fijado solo por el Banco Central, sino que se orientará por el tipo de cambio de cierre de la víspera.

Una revaluación es inevitable. Si partimos de que el Banco Central efectivamente va a aplicar ese plan y además permitir la existencia de un corredor de más o menos 2%, puede suceder que el yuan se aprecie por día hasta un dos por ciento. En ese caso, la forzada devaluación actual del yuan se vería rápidamente compensada. En realidad, Pekín no se lo puede permitir, ya que se sabe que la Reserva Federal de EE. UU. aumentará a partir del otoño boreal paulatinamente los intereses guía. Eso hará crecer las inversiones financieras en Estados Unidos, sacará capital de los países emergentes y revaluará el dólar. Si el dólar y el yuan se revalúan juntos, poco pasa en el tipo de cambio entre ambos. Los daños para las exportaciones chinas no serían muy grandes.

Pekín elige el momento adecuado. Hasta ahora, China intentó impedir, con intervenciones, una revaluación del yuan. China no quiere ser el chivo expiatorio de las turbulencias globales, pero hasta ahora estimaba que los tiempos no eran aún los adecuados. Todos los programas estatales en China tienen solo un objetivo: el desarrollo de una clase media con un alto poder adquisitivo, el fortalecimiento de la demanda interna y la producción de máquinas y productos innovadores y con alto valor agregado. La razón: no ser algún día más dependiente de la exportación masiva de productos baratos.

Pero eso no puede suceder de la noche a la mañana. Si China permitiera flotar libremente al yuan mañana, el dólar perdería valor en relación con el yuan entre un 10% y un 40%, de inmediato.

Que también las reservas de divisas de China perderían valor en esa proporción es lo de menos. Miles de empresas de exportación deberían declararse en quiebra y millones de personas se quedarían sin trabajo. Eso, Pekín no se lo puede permitir. China revaluará el yuan, pero se toma tiempo. No se deja dictar el ritmo. Y menos por el ministro de Hacienda de EE. UU.

Autores

Deutsche Welle