El Euro se encuentra en una caída, aparentemente, inexorable hacia la paridad con el dólar. Los expertos advierten de una guerra de divisas.
La caída del euro reduce el riesgo de deflación y le facilita los negocios a los exportadores. Pero los expertos advierten de una guerra de divisas.
Por tercera vez en su corta historia, el euro llegará a la paridad con el dólar. Desde que, a comienzos de marzo, el Banco Central Europeo (BCE) lanzara el plan de introducir mensualmente 60 mil millones de euros en el mercado se ha acelerado su depreciación. Así que la paridad con el dólar es sólo cuestión de tiempo. Un euro podría incluso llegar a costar menos de un dólar.
Antes de su introducción oficial el euro circuló como moneda especial, aunque su precio era menor al de un dólar. Con la introducción de los billetes y monedas de euro reales, en enero de 2002, su precio subió hasta alcanzar en julio de 2008 el precio de 1,6030 frente al dólar estadounidense, la más alta hasta ahora.
El efecto “Yellen”. Desde entonces, el euro ha ido perdiendo valor. Es más, la actual política monetaria de Estados Unidos podría hacer caer el euro aún más. Janet Yellen, directora de la Fed, el banco central de Estados Unidos, podría anunciar la semana próxima el primer aumento de intereses desde que estalló la crisis. Expertos opinan que esa medida hará que el dólar ascienda aún más.
Pero es la crisis en la eurozona la que más afecta al euro. En especial, la larga controversia financiera en torno a si Grecia podrá o no pagar las millonarias deudas afecta en gran medida la confianza de los inversionistas en Europa.
Un euro débil influye de manera negativa justamente en los países en crisis del sur de la eurozona, advierte Stefan Kooths, del Instituto para la Economía Mundial (IfW), con sede en Kiel. "Los bienes importados se encarecen. Y justamente economías como Grecia, que no poseen una base industrial en su propio país, tienen que apretarse el cinturón debido a la pérdida del poder adquisitivo”, explicó Kooths a Deutsche Welle.
A los países en crisis no les sirve mucho el euro barato. Alemania, por su parte, se beneficia de la caída de la moneda. Siendo vice-campeón mundial de exportaciones, un euro más débil tiene el efecto de un programa de estímulo económico en Alemania.
Las empresas multinacionales que hacen la mayor parte de sus negocios en el extranjero, pueden vender sus productos fabricados en Stuttgart, Múnich, Essen o Wolfsburg mucho más baratos, mientras que a países de la zona euro sin grandes negocios internacionales, como España, Portugal y Grecia, la caída del euro no les sirve de mucho. Así, los desniveles del desarrollo coyuntural de las economías de la zona euro podrían aumentar.
Riesgo de una carrera por la devaluación. Stefan Kooths advierte, además, acerca de una posible carrera por la devaluación. "Si otras economías por fuera de la eurozona también empiezan a devaluar sus monedas, se podría entrar en una peligrosa competencia por tener la moneda más barata”, lo cual ocasionaría un caos global.
“La política cambiaria no puede sustituir las reformas estructurales”, recuerda Anton Boerner, presidente del gremio del comercio exterior (BGA). El problema es la falta de competitividad de los países del sur europeo en crisis. Por otro lado, el Banco Central Europeo (BCE) ha creado otros problemas: “La política monetaria del BCE puede generar una guerra de divisas por la pérdida de confianza en una moneda estable, poniendo también en riesgo la cohesión de Europa”.