El mercado financiero a nivel global está inmerso en un estado de zozobra marcado por las tensiones geopolíticas.
La coyuntura económica global atraviesa por un momento complejo. Con los emergentes entrando a una ralentización y en Europa, la crisis griega al borde de colapsar la zona euro.
Así las cosas, con el mercado de renta variable y renta fija en terreno de riesgo, cualquier precaución que se tome es poca para evitar que cualquier movimiento inesperado afecte nuestro patrimonio. Pero ¿cómo podemos prevenir este tipo situaciones?
El mercado financiero a nivel global está inmerso en un estado de zozobra marcado por las tensiones geopolíticas, a pesar de que la renta variable está pulverizando máximos históricos, mientras la rentabilidad de los bonos es increíblemente baja.
Este escenario añade tensión al contexto que se suele reflejar bajo las fuertes oscilaciones y vaivenes en los mercados, por lo que debemos prepararnos ante cualquier acontecimiento que trate de amenazar nuestras inversiones. Para ello, hay tres pasos clave que debemos seguir para proteger nuestros ahorros y ganancias
1. Analizar el nivel de exposición y riesgo al mercado de renta fija. Lo primero que se debe hacer en momentos de inestabilidad es analizar el nivel de exposición y riesgo, partiendo por las posiciones en el mercado de renta fija.
Recientemente, el mercado de deuda ha presentado gran dinamismo. De este modo, los bonos alemanes protagonizaron un repunte en sus tasas de interés a 10 años, de 0,1% a 0,7% desde el mes de abril. Esto significa que los tenedores de bonos están asumiendo grandes pérdidas de capital, dado que este gran repunte hunde los precios de los activos en cuestión, situación que se agrava si tenemos en cuenta que los vencimientos de estos títulos aún están lejos, a veces a años vista. Lo mismo sucede con los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Por ello, si parte de su cartera de inversión se compone de bonos, tendríamos que analizar el grado de riesgo que estamos asumiendo con este activo e idear los ajustes pertinentes para prevenir pérdidas importantes.
2. Analizar el nivel de exposición y riesgo al mercado de acciones. El segundo paso que debemos realizar es la misma evaluación pero con las acciones. Actualmente, el mercado de renta variable de EE.UU. sigue protagonizando un rally que dura ya 6 años, y no experimenta ningún tipo de corrección desde el año 2010.
Si contamos con una parte bastante grande de acciones en nuestra cartera, especialmente de compañías que pagar dividendos, debemos analizar estas apuestas con el fin de determinar el nivel de exposición que tenemos.
3. Balance de la cartera. Una vez que hemos hecho los pasos anteriores, tenderemos que hacer un balance de la cartera, que debe definirse en función de nuestro perfil de riesgo. Si tenemos una tolerancia alta al riesgo, entonces podemos mantener un porcentaje alto de inversión en acciones y el resto en bonos. Si por el contrario, somos más conservadores, tendremos que decantarnos por incluir un porcentaje mayor de renta fija que de renta variable.