El presidente brasileño aprovecharía su elevada popularidad para reducir los incrementos salariales al sector público y aplacar las demandas de un alza de 56% para los empleados judiciales.
Brasilia. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, podría implementar medidas económicas impopulares durante los dos últimos meses de su mandato para asegurar un inicio más tranquilo a su sucesora en enero, dijo este martes el periódico Folha de Sao Paulo.
El medio señaló que Lula y la presidenta electa, Dilma Rousseff, del oficialista Partido de los Trabajadores, habían discutido ajustes fiscales y monetarios que consideraban necesarios y que ayudarían a que el próximo gobierno suba gradualmente las tasas de interés.
Al implementar las medidas menos populares, Lula busca aliviar la carga sobre Rousseff, que enfrenta el desafío de hacer frente a una moneda fuerte, rebajar una de las tasas de interés más altas del mundo y recortar el gasto público.
Folha no precisó su fuente de información.
Rousseff ganó las elecciones presidenciales de Brasil el domingo por un amplio margen frente al candidato opositor Jose Serra.
Folha dijo que los ministerios de Finanzas y de Planeación finalizarían sus estudios sobre los ajustes que consideran necesarios para el próximo gobierno. El gobierno y el equipo encargado de la transición de Rousseff también discutieron medidas para evitar que el real brasileño se siga fortaleciendo.
Específicamente, el diario señala que Lula estaba preparado para negociar un presupuesto más austero para 2011 con el Congreso.
Según el informe, el mandatario aprovecharía su elevada popularidad para reducir los incrementos salariales al sector público y aplacar las demandas de un alza de 56% para los empleados judiciales.
Según el medio, el gobierno estaría considerando también alivios impositivos para los sectores más afectados por el fortalecimiento del real.
Por otra parte, el periódico O Estado de Sao Paulo dijo que el ministro de Finanzas, Guido Mantega, se preparaba para anunciar medidas en los próximos días que aumentarían los incentivos para comprar deuda soberana y corporativa de Brasil.