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Mantener la cotización del peso, una sangría de reservas para Argentina
Viernes, Enero 31, 2014 - 16:10

Este mes, la pérdida de reservas del Banco Central venía con un promedio de unos US$80 millones diarios, hasta que la semana pasada el mercado cambiario estalló, con una súbita depreciación del peso del 17%.

Buenos Aires. Dispuesto a intentar sostener el peso tras las recientes turbulencias cambiarias, el Banco Central argentino acelera la pérdida de reservas monetarias, que retrocedieron a los niveles de octubre de 2006 y que limitan peligrosamente su poder de fuego ante una crisis.

En el primer mes del año, la sangría ascendió a unos US$2.300 millones, más del triple de la fuga registrada en enero de 2013.

Este mes, la pérdida de reservas del Banco Central venía con un promedio de unos US$80 millones diarios, hasta que la semana pasada el mercado cambiario estalló, con una súbita depreciación del peso del 17%.

El Gobierno culpó por la fuerte devaluación a los movimientos especulativos de bancos y grandes grupos económicos, pero los expertos indican que la depreciación responde a una decisión de la autoridad monetaria de moderar su posición vendedora de divisas en la plaza cambiaria para frenar la pérdida de reservas, que se vuelve insostenible.

Tras la devaluación, el Gobierno resolvió flexibilizar el "cepo" al dólar impuesto a finales de octubre de 2011 para quitar presión sobre el mercado cambiario, pese a que la salida de reservas se aceleró en estas últimas cuatro jornadas.

La sangría promedio fue de US$190 millones diarios hasta el miércoles último, con un salto a US$250 millones este jueves, con el objetivo de estabilizar el precio del dólar en torno a los 8 pesos por unidad en la plaza oficial.

Desde la instauración del "cepo" cambiario, en octubre de 2011, Argentina perdió ya reservas por US$19.200 millones.

Apenas unos meses antes, en enero de 2011, las reservas internacionales de Argentina habían alcanzado un récord histórico de US$52.654 millones, pero bajaron considerablemente -hasta los 50.000 millones- en vísperas de las elecciones primarias de agosto de ese año, previas a las presidenciales que le dieron la victoria a Fernández en su segundo mandato.

Este drenaje tuvo su correlato en el mercado cambiario con fuertes compras de dólares, una fuga de capitales a la que la reelegida presidenta Cristina Fernández quiso poner coto con un "cepo" que, finalmente, no resolvió la salida de divisas.

Al vedar la adquisición de dólares para ahorro personal, el Banco Central esperaba consolidar una posición netamente compradora en el mercado cambiario, pero los números muestran que, por el contrario, la autoridad monetaria tiene una posición vendedora.

Así, el año pasado la pérdida de reservas ascendió a US$13.000 millones.

Detrás de esta caída no solo está la intervención diaria del organismo emisor en el mercado de divisas, sino también las abultadas importaciones de energía, la fuga de divisas vía turismo y, fundamentalmente, los millonarios giros del Banco Central para financiar al Tesoro.

La mayoría de los expertos cree que el flujo saliente de dólares atesorados en las arcas del Banco Central proseguirá hasta que no haya un cambio integral en la política fiscal, que obligaría a una nueva devaluación.

"Mientras la prioridad sea financiar el déficit fiscal con emisión, las reservas del Banco Central continuarán cayendo hasta que alcancen un mínimo nivel a partir del cual la agudización del ataque contra la fuga de reservas por parte de los agentes exigirá la depreciación del tipo de cambio", dijo en un informe la consultora privada Economía & Regiones.

Economistas calculan que una caída en las reservas -que este jueves tocaron los US$28.270 millones, el nivel más bajo desde octubre de 2006- por debajo de los US$25.000 millones significará el inicio de una caída en el nivel de la actividad económica argentina.

Proyecciones "optimistas" cifran en unos mil millones de dólares mensuales el drenaje de reservas que podría esperarse en el corto plazo.

El equipo económico cuenta con un "as en la manga" justo para cuando podría verse en aprietos: hacia abril y mayo iniciará la liquidación de la cosecha de soja, que se espera sea récord, lo que le garantizaría el ingreso de dólares.

Aún así, habrá que ver si esta jugada, al límite, es suficiente para ganar la partida.

Autores

EFE