La actividad cerró el 2011 con su peor trimestre en más de dos años, pese a señales de que las fábricas mejoraron su producción en diciembre para cubrir los pedidos atrasados.
Londres. La actividad manufacturera británica cerró el 2011 con su peor trimestre en más de dos años, pese a señales de que las fábricas mejoraron su producción en diciembre para cubrir los pedidos atrasados, según cifras publicadas este martes.
El índice de gerentes de compras (PMI) elaborado por Markit/CIPS subió a 49,6 en diciembre frente a una lectura de 47,7 alcanzada en noviembre.
El indicador permaneció por debajo de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción en la actividad manufacturera, aunque superó la lectura de 47,4 que esperaban los analistas y reveló una inusual alza de los pedidos externos.
Sin embargo, otros informes conocidos este martes sugirieron que las empresas se están preparando para una caída de la actividad, frente a lo cual la mayoría de los economistas esperan una nueva ronda de compras de activos por parte del banco central para amortiguar la desaceleración.
"La mejora del índice PMI es algo bienvenido. Sin embargo, parece que se debe a que las firmas están recurriendo a sus órdenes atrasadas para mantener la producción en alza, en cuyo caso el sector sigue siendo vulnerable a una desaceleración más fuerte en los próximos meses", manifestó el economista Philip Shaw de Investec.
"Nuestro escenario central es que la economía en su conjunto experimentará una recesión corta", agregó.
El economista de Markit Rob Dobson declaró que durante el cuarto trimestre en su conjunto, el nivel del índice sugirió que el sector registró su peor desempeño desde el segundo trimestre del 2009, cuando Gran Bretaña estaba en recesión.
"Por lo tanto, la manufactura sería un lastre sobre las cifras del PIB del cuarto trimestre", señaló.
Un sondeo de Reuters realizado el mes pasado mostró un 50% de posibilidades de una nueva recesión en Gran Bretaña este año.
Otros informes publicados este martes dejaron al descubierto el pesimismo entre las empresas del país. Un sondeo de la consultora Deloitte mostró que los jefes financieros de las compañías consultadas creían que la economía caerá en recesión y que se mantendrá débil por un período prolongado.
La confianza empresarial bajó a un mínimo de tres años en una encuesta de Lloyds Bank.
El Banco de Inglaterra estimó que la economía permanecerá estancada hasta mediados de este año y algunas autoridades han advertido que podría incluso contraerse en uno o dos trimestres a medida que la crisis en la zona euro sigue golpeando la confianza de los consumidores.
El índice de gerentes de compras mostró que los pedidos de exportación subieron por primera vez desde julio, ayudados por un alza de la demanda desde China, Alemania y el este de Europa.
Sin embargo, los pedidos generales cayeron, aunque a un ritmo mucho menor que en los dos meses previos.