Pese a avanzar algunos detalles - más o menos previstos en su programa - el líder popular dejó muchas puertas abiertas o sujetas a interpretación en un discurso relativamente ambiguo en algunos temas considerados clave.
Madrid. El que será de manera inminente presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, abogó el lunes en su discurso de investidura por un duro régimen para aplicar en carne propia los "sacrificios" necesarios para sacar al país de la crisis y recuperar la credibilidad.
"El mayor esfuerzo no puede recaer en los ciudadanos, sino que tiene que provenir de las Administraciones Públicas. Tanto a largo plazo, como con carácter inmediato", dijo Rajoy en la alocución previa a la votación de investidura en la presidencia tras ganar con contundencia las elecciones generales el pasado 20 de noviembre.
Pese a avanzar algunos detalles - más o menos previstos en su programa - el líder popular dejó muchas puertas abiertas o sujetas a interpretación en un discurso relativamente ambiguo en algunos temas considerados clave.
Avanzó que las pensiones subirán el año próximo en lo que, dejó claro, será "el único y exclusivo" aumento del gasto público en 2012.
Dicho esto, se anotó como primera prioridad aprobar en enero una Ley de estabilidad presupuestaria que frenará los límites de deuda de las administraciones públicas (AAPP) fijando en el 0,4 por ciento del PIB el déficit estructural máximo para el conjunto de las administraciones, proyectando una línea de ahorro progresivo para rebajar la deuda pública del país al 60 por ciento del PIB desde el 66 por ciento actual.
Además, pretende acometer una dura reforma de las AAPP para redimensionar tamaño y costes tanto en el Gobierno central como en ayuntamientos y comunidades autónomas, responsables éstas últimas de las desviaciones del déficit nacional.
En concreto, Rajoy avanzó que suprimirá y reestructurará organismos autónomos, agencias y entidades públicas para reducir costes, además de recortar gastos corrientes con medidas que incluirán una optimización de la gestión del patrimonio inmobiliario.
Adicionalmente, avanzó que se reducirá notablemente el número de funcionarios con tasa de reposición cero en el sector público, salvo en cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y servicios públicos básicos.
Con respecto al último punto, el discurso incluye de forma ambigua propuestas de modificación con una Ley de Servicios Básicos que redefinirá el concepto de aquellas asistencias consideradas esenciales.
Mediante esta Ley, que se realizará en colaboración con las Comunidades Autónomas (también controladas en su mayoría por el Partido Popular), cada administración deberá cuantificar presupuestariamente los costes asociados a estos servicios.
Impulso Económico. Al margen de estas medidas, el discurso también incluyó promesas para movilizar el maltrecho mercado de la vivienda, frenar la presión sobre las empresas pequeñas y medianas e incentivar la contratación para permitir una recuperación económica.
"El mensaje (de Rajoy) ha tratado de compaginar el ajuste del déficit con reformas para que la economía empiece a crecer", dijo Nicolás López, director de análisis de M&G valores.
De hecho, consciente de que la economía nacional está al borde de la recesión, Rajoy dejó claro que, cuando pase el temporal, será necesario un fuerte ajuste fiscal.
Entretanto, el nuevo gobierno recuperará la deducción por compra de primera vivienda, mantendrá el IVA superreducido por este concepto y ampliará el espectro de sociedades que podrán acogerse a un impuesto más bajo.
La patronal de trabajadores autónomos fue una de las primeras en reaccionar al discurso señalando que "la hoja de ruta de Rajoy suena muy bien" y aplaudiendo la decisión de que las empresas de menor tamaño y trabajadores por cuenta propia no paguen el IVA hasta que no cobren las facturas.
Además, tras dejar claro que una de las prioridades absolutas es la reducción de un desempleo que afecta a cinco millones de personas, Rajoy dijo que en el primer trimestre presentará su proyecto de una nueva reforma laboral y avanzó que incentivará las contrataciones.
¿Banco malo?. Sabedor de la importancia de acabar con la actual estrangulación del crédito, Rajoy dedicó una parte destacada de su discurso al sistema financiero exhortando a un ajuste de los activos tóxicos de la banca que, en su opinión, provocará una segunda oleada de fusiones.
Sin embargo, fue una de las cuestiones más difusas del discurso al no aclarar si el Gobierno está dispuesto o no a crear un "banco malo" que agrupe activos inmobiliarios considerados problemáticos y que el Banco de España cifra en 176.000 millones de euros.
"Rajoy sigue sin haber decidido si va a crear un banco malo nacional a nivel general o no pero después de que recientemente el Fondo de Garantías de Depósitos privado garantizase a Sabadell la compra de la CAM sin coste público, me inclino más por pensar en una solución del problema del balance de las entidades caso por caso", dijo José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney Valores.
Rajoy pidió a la banca una valoración "muy prudente" de los activos menos líquidos (como solares y promociones sin termina) y la instó a vender los inmuebles terminados que tienen en cartera. "Estas medidas supondrán la asunción de pérdidas latentes u ocultas en los balances, por lo que es inevitable una segunda ola de reestructuraciones", dijo.
La deuda energética. Otro de los asuntos en los que el discurso no resultó concluyente fue la redefinición de una política energética que ha sido considerada ineficaz en los últimos años de gobierno socialista por el apoyo a tecnologías caras y/o poco eficientes.
La "reforma estructural imprescindible" que defiende Rajoy en este apartado, buscará un equilibrio en la reducción de los costes del sistema, que en los últimos años ha generado un déficit anual de más de 3.000 millones de euros con una deuda tarifaria de más de 22.000 millones.
Rajoy afirmó que "las tarifas eléctricas para consumidores domésticos son las terceras más caras de Europa" y añadió que la solución para corregir los desequilibrios no puede recaer íntegramente sobre el consumidor.
Sí se refirió de soslayo a las energías menos eficaces al afirmar que la prioridad es reducir costes dando mayor peso a la competitividad.