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Mario Draghi remodela el BCE
Miércoles, Agosto 1, 2012 - 11:30

Tras suceder al francés Jean-Claude Trichet el 1 de noviembre, Draghi ha hecho que el BCE cruce una serie de líneas rojas que su predecesor se negó a atravesar y el mes pasado dijo que no había "tabús" sobre lo que el banco podía o no podía hacer.

Nueve meses después de tomar el cargo, Mario Draghi está remodelando el Banco Central Europeo (BCE) y alentando a las autoridades a explorar opciones que nunca antes habían considerado, aunque los mercados no están seguros todavía hacia dónde los llevará ahora.

Tras suceder al francés Jean-Claude Trichet el 1 de noviembre, Draghi ha hecho que el BCE cruce una serie de líneas rojas que su predecesor se negó a atravesar y el mes pasado dijo que no había "tabús" sobre lo que el banco podía o no podía hacer.

El jueves dio un paso más y señaló: "Dentro de nuestro mandato, el BCE está listo para hacer lo que sea necesario para preservar el euro".

"Y créanme, será suficiente", agregó en uno de los comentarios más destacados desde que tomó la presidencia del banco central.

Ahora, el reservado italiano, que mantiene distancia profesional incluso con sus colegas más cercanos, necesita proponer algo más que palabras para satisfacer a los expectantes mercados.

"Draghi ha apostado muy alto, por lo que, o tiene algo planeado o el mercado va a estar muy decepcionado", dijo Richard Hunter, jefe de empresas de Hargreaves Lansdown.

Draghi ya ha hecho esto antes... y decepcionó a los inversores.

En su primera aparición como presidente del BCE ante el Parlamento Europeo el 1 de diciembre, dijo a los legisladores que si los gobiernos de la zona euro acordaban un nuevo "pacto fiscal", entonces seguirían "otros elementos".

Muchos operadores tomaron eso como indicio de que el banco central estaba preparado para comprar bonos soberanos más agresivamente. Y cuando resultó no ser así, algunos expresaron perplejidad.

El propio Draghi se mostró perplejo, al expresar la semana pasada que estaba "sorprendido por el significado implícito que se le dio (a mis comentarios)".

La conferencia de prensa que dará luego del encuentro mensual del BCE el jueves determinará si esos pequeños problemas de comunicación fueron excepcionales.

Las circunstancias que rodean el comentario del jueves sobre que se haría "lo que sea necesario" sugieren que está trabajando en un plan y no que emitió un compromiso sin sustento.


Amante del trabajo en equipo al que le gusta oír las opiniones de otros antes de tomar decisiones, Draghi midió la temperatura del Consejo de Gobierno del BCE antes de realizar la promesa en un discurso en Londres, y continuó el lunes al reunirse con Jens Weidmann, jefe del poderoso Bundesbank alemán.

Es su forma. Quienes lo conocen indican que Draghi está en contacto habitual con otras autoridades, tanto jefes de bancos centrales como líderes políticos.

Con su promesa del jueves parece estar conduciendo a los gobiernos más poderosos de Europa hacia un nuevo compromiso en la lucha por combatir la crisis de deuda de la zona euro. Un día después de sus dichos, los líderes de Alemania y Francia se comprometieron a hacer todo lo posible para proteger al euro.

En el BCE, Draghi alienta el debate e intencionalmente aplica un control menos rígido del barco que Trichet, que era más un micro-director que solía acallar el disenso e intentaba abarcarlo todo.

En cambio, el italiano impulsa a las personas a pensar "con originalidad", y las autoridades lo están haciendo en privado, aún cuando siguen atados a su mandato de estabilidad de precios, que Draghi cuidadosamente mencionó en Londres.

Asimismo, Draghi también ha llevado al BCE a un nuevo terreno de políticas.

Desde que asumió, el banco ha reducido su tasa de interés principal por debajo del 1 por ciento -el piso para Trichet-, al 0,75 por ciento, y descartó la perspectiva del francés de que los tenedores importantes de bonos de bancos en problemas no deberían sufrir pérdidas. Además, el BCE ha inundado los bancos con 1 billón de euros en préstamos a tres años ultra-económicos.

Esta visión más pragmática se ve facilitada por el nuevo personal del Comité Ejecutivo del BCE, de seis miembros, que forma el núcleo del más amplio Consejo de Gobierno de 23 integrantes.

Debido a renuncias, el grupo más interno de poder del banco ha experimentado un recambio completo en los últimos dos años, algo que el diseño escalonado de los plazos en los cargos buscaba evitar.

Uno de los que partió fue el veterano economista jefe alemán Juergen Stark, desautorizado por primera vez en una decisión sobre la tasa de interés en el segundo encuentro a cargo de Draghi.

Entre los que llegaron se encuentran los jóvenes pragmáticos Joerg Asmussen, de 45 años, un socialdemócrata alemán que fue viceministro de Finanzas tanto de ministros de centro-derecha como de centro-izquierda en Berlín, y Benoit Coeure, de 43 años, de renombre en el Tesoro francés.

El comité ahora está más colegiado que durante los días de Stark, un banquero central al estilo del Bundesbank.

EL TEMA COMUNICACIONAL

Draghi usa el talento que lo rodea y delega tareas para focalizarse en los grandes asuntos.

El mayor desafío que enfrenta es cómo superar las objeciones de Weidmann a las políticas más radicales que el BCE podría emplear.

Separados por una generación -Draghi tiene 64 años y Weidmann 44- ambos se llevan bien. Pero el Bundesbank ha sido contundente en su intento por evitar que el BCE tome una acción más destacada, a la que se opone.

"Los políticos sobreestiman la capacidad del banco central y le piden demasiado", dijo Weidmann en una entrevista interna del Bundesbank realizada el 29 de junio pero publicada el miércoles, horas antes de la reunión política del BCE.

Ahora Draghi debe apelar a todas sus armas diplomáticas para llegar a un acuerdo que Weidmann pueda aceptar y los mercados, recibir con buenos ojos.

Acostumbrados al código de lenguaje que empleaba Trichet para indicar futuros movimientos políticos, los mercados aún se están adaptando al tono diferente, y a veces ambiguo, de Draghi.

"Todavía no está totalmente claro qué estaba indicando Draghi con sus comentarios de la semana pasada", señaló el economista de JP Morgan David Mackie en una nota de investigación.

"Los mercados estarían decepcionados si ven que el BCE no compra nada esta semana, pero a mediano plazo es más importante una estrategia coherente", agregó Mackie.

Autores

Reuters