El ministro de Hacienda y de Crédito Público de Colombia, cree que el fin del conflicto con las FARC debe generar reflejos económicos muy positivos, y afirma que el Gobierno ya estima recursos necesarios para cumplir con el acuerdo.
Colombia cree que las negociaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) deben traer ganancias financieras para la economía del país. La previsión consiste en que una parte importante del acuerdo será financiada por el propio dividendo económico generado por la paz. “Ella nos permitirá crecer más rápidamente, y eso será traducido en recursos”, sostuvo Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda y de Crédito Público de Colombia, en entrevista con AméricaEconomía. En cerca de cincuenta años, aproximadamente 220.000 personas murieron y 7 millones fueron alcanzados por la guerrilla en conflictos con las FARC. Según el ministro, Colombia ya invierte cerca de 1% de su PIB en la atención a las víctimas. El gobierno retomó las negociaciones con el grupo guerrillero en julio de este año y las conversaciones están en marcha.
El objetivo es crecer. Colombia ya es la cuarta economía de la región, pero quiere superar a Argentina, que está en una posición arriba. Junto a México, el Perú y Chile, conforma la Alianza del Pacífico, y ha atraído cada vez más atención y destacado como una de las economías más pujantes de América Latina, con una política económica alineada a las orientaciones del FMI. “Genera mucha confianza. Somos un país muy responsable, con baja inflación, bajo déficit fiscal y pequeña deuda. En materia de política macroeconómica, somos muy conservadores, pero al mismo tiempo estamos avanzando en la solución del problema más importante, el conflicto con las FARC, elemento que genera connotaciones económicas muy positivas. Así, los inversionistas ven un país que está bien administrado, con mejores posibilidades después de la paz”, señala Cárdenas.
La caída de los precios de los commodities y del barril del petróleo son señalados como factores de obstáculo. Asimismo, el país tiene el desafío de disminuir la tasa de desempleo, una de las más altas de la región. El ministro aborda la importancia de las asociaciones público-privadas y destaca que el Gobierno tiene 28 proyectos de infraestructura con inversiones de US$12.000 millones para los próximos años. Además discute con empresarios formas de reducir la carga tributaria. Cárdenas comenta también la reciente visita de la presidenta Dilma Rousseff y las relaciones con Brasil.
-Sobre las conversaciones con las FARC, ¿Colombia tiene un plan financiero para la paz? ¿Necesitarán ayuda internacional?
-El proceso de paz con las FARC se va concretando y tiene seis meses, contando desde el 24 de setiembre de este año, para que sean concluidas las negociaciones. Al mismo tiempo estamos haciendo un planeamiento financiero para convertir estos acuerdos en recursos, analizando cuáles serán necesarios para lo que fue negociado. Es necesario decir que una parte muy importante del acuerdo será financiado por el propio dividendo económico generado por la paz, porque ella nos permitirá crecer más rápidamente, y eso será traducido en más recursos. Además, Colombia ya invierte cerca del 1% de su PIB en actividades que son típicamente de posconflicto, como atención a las víctimas. Este valor ya forma parte de nuestro presupuesto ordinario. Y, por último, el país buscará la colaboración internacional, ya que la paz nacional tiene beneficios que van más allá de nuestra frontera, como la protección de la biodiversidad y todas las políticas para enfrentar el cambio climático. Otra consecuencia positiva para otros países es el acuerdo sobre el problema mundial de las drogas. Por ello Colombia buscará cooperación internacional.
-Cómo integrarán económicamente a los guerrilleros y los paramilitares?
-Colombia ya realizó un proceso con los grupos paramilitares de autodefensa, que se desmovilizaron, y muchos de ellos fueron reincorporados a la vida civil. Ellos forman parte, hace muchos años, de un programa de reinserción. Los líderes fueron extraditados a Estados Unidos. Ahora el proceso se concentra exclusivamente en las personas que están vinculadas a las FARC. Este es el propósito del proyecto de paz.
-La tasa de desempleo subió 9,1% en 12 meses, según datos de agosto. ¿Por qué el índice permanece alto y cómo esperan disminuirlo?
-El desempleo ha sido más alto que en otros países históricamente. Sin embargo, Colombia es el país de América Latina donde el desempleo disminuyó más. Tenemos una tasa próxima al 8%; en 2010 teníamos un número próximo a 12%.
-¿Qué medidas se están adoptando para enfrentar la caída en el precio de los commodities y la desaceleración económica?
-El precio del petróleo es la variable que más alcanzará la situación económica colombiana. Evidentemente ha sido un golpe fuerte, tanto en relación con la reducción de exportaciones como de beneficios fiscales. ¿Cómo hemos enfrentado eso? En primer lugar, con una fuerte austeridad por parte del Gobierno, reducción de presupuesto y aumento de los impuestos para otros sectores de la economía. Al mismo tiempo, aprovechamos el fenómeno externo, una fuerte desvalorización de la moneda colombiana. Todo esto ha ayudado en el ajuste y la adaptación de la economía a la nueva realidad del mercado petrolero.
-¿Cómo ha funcionado y cuáles son los efectos del ajuste fiscal implementado desde 2011?
-Ha sido muy importante porque es una verdadera camisa de fuerza que nos obliga a mantener la disciplina fiscal. Así, reducidas las inversiones a causa de la caída del precio del petróleo, también tenemos que reducir gastos. Entonces nos ha ayudado como una herramienta para que el debate sobre políticas fiscales en Colombia sea más estructurado y, sobre todo, para producir los resultados deseables, como tener déficit y nivel de endeudamiento público bajos, y así, la confiablidad por parte de los mercados. Colombia mantuvo una calificación BBB y no tuvo dificultad en esta materia. Ello es muy positivo porque el ajuste fiscal es la principal herramienta para dar credibilidad a la política económica colombiana.
-Brasil y México siempre atrajeron mucho interés de inversionistas extranjeros. Hace algún tiempo, Colombia también atrajo el interés internacional. ¿A qué se debe ello?
-Colombia es un país con un mercado muy relevante, con 48 millones de habitantes y un ingreso per cápita de US$ 8.000. Es un mercado atractivo para cualquier inversionista. La política económica genera mucha confianza. Somos un país muy responsable, con baja inflación, bajo déficit fiscal y una deuda pequeña. En materia de política macroeconómica, somos muy conservadores, pero al mismo tiempo estamos avanzando en la solución del problema más importante, el conflicto con las FARC, elemento que genera connotaciones económicas muy positivas. Así, los inversionistas ven un país que está bien administrado, con mejores posibilidades después de la paz.
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-¿Y en cuanto a las inversiones extranjeras?
-Estamos atrayendo muchos inversionistas extranjeros. El gobierno, antes de todo, busca administrar la política macroeconómica, para que sea muy previsible y confiable. Por otro lado, se busca garantizar los derechos de los inversionistas para que tengan confianza. Atraer inversiones extranjeras es un objetivo muy fuerte de la política económica colombiana. Es un país muy abierto y muy receptivo a estas. Nosotros los estimulamos y ayudamos con todos los asuntos ligados a los trámites, los permisos y las contingencias. Consideramos que son fundamentales para nuestro desarrollo.
-¿Qué piden los empresarios para que la economía se vuelva cada vez mejor?
-En este momento hay una discusión muy importante sobre impuestos, porque son muy altos. Estamos en debate con el sector productivo para ver cuáles son las posibilidades de reducción de la carga tributaria para que no caigan exclusivamente en las empresas de mayor porte.
-El Gobierno colombiano ha invertido en infraestructura por medio de asociaciones público-privadas. ¿Este modelo ha funcionado bien?
-Muy bien. Tenemos 28 proyectos de infraestructura con inversiones de US$12.000 millones, que ya están aprobados y auditados y que comienzan en los próximos meses. Será un programa de una dimensión nunca antes vista en el país.
-¿Cómo ven la posibilidad de superar a Argentina como el tercero con mayor PIB en América Latina?
-Este año creceremos cerca de 3,3%. Seguiremos como una de las economías de mayor crecimiento en la región. En las comparaciones internacionales, con la desvalorización del peso, nuestro producto en dólares cayó. Así, perdemos el tercer lugar en relación con Argentina, y ahora estamos nuevamente en cuarto.
-¿La calidad de vida de la población también mejoró?
-Sin duda. La reducción de la pobreza habla por sí sola, especialmente la extrema. La mejora económica se refleja también en el interior del país, sobre todo por la forma como el país ha administrado el choque petrolero.
-¿Cuál es el balance que usted hace sobre la Alianza del Pacífico?
-Es un proceso que va avanzando. En lo que se refiere al Ministerio de Hacienda, estamos integrando los mercados de capitales. Precisamente la idea es que tengamos más facilidades de compra y venta de títulos en el mercado de valores por parte de los inversionistas de fuera de Colombia, países de Alianza del Pacífico y de otros también.
-¿Cómo está el comercio con los países de la Alianza del Pacífico?
-Tenemos exportaciones, pero podríamos tener mucha más porque la conexión con otros países continúa siendo precaria. Estamos discutiendo específicamente la cuestión de la infraestructura. Tenemos planes para mejoras.
-La presidenta Dilma Rousseff declaró recientemente interés en tener una cooperación con la Alianza del Pacífico. ¿Cuál es su opinión?
-Es magnífico. Colombia tiene que aprovechar todas las oportunidades de colaboración y comercio. La Alianza del Pacífico no es excluyente. Es algo que complementa muy bien nuestros intereses económicos estratégicos.
-Entre 2005 y 2014, el comercio entre Brasil y Colombia avanzó 165%. ¿Cómo están las relaciones de cooperación económica entre Brasil y Colombia después de la visita de la presidenta Dilma Rousseff? Algunos analistas dicen que esta relación es inferior al potencial. ¿Qué sectores serán los más importantes?
-Hay muchas oportunidades de inversiones en Colombia para las empresas brasileñas, particularmente en los sectores de infraestructura y comercio de vehículos. Muchas de ellas ya están aquí explorando eso. Colombia estudia exportar algunos vehículos producidos en el mercado nacional para Brasil. También tenemos mucha necesidad de cooperación agropecuaria, basada en el desarrollo del mercado brasileño. Existe además interés en el intercambio en el sector de ciencia y tecnología. Estamos muy interesados en que la Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa), vinculada al Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento, nos ayude a desarrollar variedades para cultivo en la cuenca del río Orinoco. También en el tema aeronáutico, donde queremos compartir experiencias con Embraer.
-¿Las tensiones con Venezuela deben afectar los negocios entre los dos países y la economía regional?
-El cierre de la frontera con Venezuela fue positivo para regularizar y ordenar la situación económica de la frontera, pero, sobre todo, para mejorar la seguridad en Colombia. Por tanto, la medida hasta el momento generó más oportunidades que crisis. Nos ayudó mucho para que exista menos contrabando, haya más legalidad y más seguridad. Nuestra evaluación es muy positiva. El comercio ya iba cayendo mucho; no es ni un quinto de lo que era 2007. Afecta el comercio porque no hay pasaje de carga. La primera acción por realizar es que Venezuela coloque la casa en orden. Todos los problemas de Venezuela en materia económica están asociados a un sistema de tres tasas de cambio, que no se ve en cualquier parte del mundo. Una economía que se sale de control. La inflación será de 200% este año, con una caída del PIB del 10%. Mientras Venezuela no consiga controlar su economía, habrá reflejos negativos en la relación con Colombia. La administración económica venezolana sí está afectando a otros países de la región.