Las medidas proteccionistas persisten, aunque se flexibilizaron, y la situación económica de Argentina hace difícil recuperar el dinamismo comercial.
Observa.com.uy Fue la sorpresa que cerró el 2015. Mauricio Macri, el candidato de derecha que desafiaba al oficialista Frente Para la Victoria, había vencido en balotaje a su rival, Daniel Scioli, poniendo fin a 12 años de kirchnerismo.
De este lado del río, los empresarios no tardaron en mostrarse entusiasmados con lo que podía ser el fin de las políticas proteccionistas que habían reducido las exportaciones a ese país de forma sistemática. Es que mientras que en 2011 las empresas uruguayas habían vendido a Argentina por más de US$ 600 millones, para 2015 esa cifra se había reducido hasta los US$ 450 millones –datos a año cerrado–.
Sin embargo, durante el primer año de Mauricio Macri, las exportaciones volvieron a caer. Si en enero y octubre de 2015 las exportaciones al vecino país llegaron a US$ 379 millones, en el mismo período de 2016 fueron de US$ 341 millones, una reducción de más del 10%.
"Teníamos una expectativa mayor. En cierto sentido mejoró el diálogo, cambiaron los interlocutores, pero el portero sigue siendo el mismo", dijo a Café & Negocios el presidente de la Comisión de Comercio Exterior de la Cámara de Industrias (CIU), Rafael Sanguinetti.
Si bien apenas asumió el nuevo gobierno se anunció que se automatizaría la aprobación de la mayor parte de las licencias de importación, lo que facilitaría el ingreso de bienes a ese país, esto no ocurrió, según Sanguinetti. "Incluso se aumentaron, a tal punto que 50% de los productos exportables a Argentina están afectados por esta medida", agregó.
Una de las empresas golpeadas es Aluminios del Uruguay, que exporta a ese país perfiles de aluminio y envases para la industria alimenticia y farmacéutica. Su gerente general, Jorge Soler, contó a Café & Negocios que hasta el fin del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner era muy difícil exportar a Argentina por la existencia de los permisos conocidos como DJAI (Declaración Jurada Anticipada de Importación), lo que había reducido las ventas a ese destino de US$ 3 millones anuales en 2012 a menos de US$ 1 millón en 2015. "A partir del gobierno de Macri eso se eliminó, pero ahora colocaron una traba alternativa con licencias no automáticas que, a diferencia de las anteriores, se terminan aprobando, pero pueden demorar hasta dos meses", destacó. Eso aumenta los costos logísticos, desestimula a los importadores argentinos y cierra mercados para la compañía, según Soler.
Actualmente, esta empresa debe vender los perfiles de aluminio (que se utilizan para fabricar desde ventanas hasta bicicletas) a los distribuidores, y no directamente a obras, por el riesgo que supone no llegar a tiempo con la carga, pese a que los márgenes son menores.
"No incentivamos nuestra participación de obra porque tenemos miedo de quedar enganchados en demoras y quedar mal", dijo Soler. Pese a las dificultades, Aluminios del Uruguay logró multiplicar casi por tres sus ventas a Argentina, llevándola desde menos de US$ 1 millón a más de US$ 2,5 millones este año. La eliminación de las DJAI fue clave, según Soler, porque aunque las nuevas trabas suponen demoras, al menos se conoce cuánto van a tardar en ser aprobadas, mientras que el sistema anterior era "poco transparente" e imposible asegurar el ingreso de la mercaría.
Por su parte, Bimbo logró incrementar sus exportaciones a Argentina en 500%, aunque su director, Rafael López, dijo que todavía persisten algunas trabas que al demorar los trámites de exportación hacen inviable el envío de productos con corta vida útil, como los panes. Actualmente la compañía vende barras de cereales y espera en abril de 2017 comenzar la venta de los postres Ricardito en Argentina.
A cuentagotas. Además de las licencias no automáticas, el presidente de la Comisión de Comercio Exterior de la CIU dijo que se establecieron cupos limitados para la importación de bienes, lo que frena el ingreso al mercado argentino.
Una de las empresas afectadas por esta medida es Xumir, una compañía que elabora ropa de cama. Para su director, Fernando Yanuzzi, si bien la situación "cambió para mejor", "no es posible planificar una industria con Argentina", porque "todavía no hay una apertura". El ejecutivo comparó el mercado argentino, y la colocación de cupos para la exportación, con "una canilla que se abre, y se cierra".
"Durante el gobierno de (Cristina) Kirchner no exportamos nada, se cerraron las puertas mal. Ahora estamos exportando a cuentagotas", resumió Yanuzzi.
Aunque a comienzos de noviembre de 2016 Argentina y Uruguay acordaron habilitar sanitariamente el intercambio de carne vacuna con hueso en ambos mercados, los frigoríficos siguen sin tener negocios con importadores de la vecina orilla.
La industria textil es una de las que más sufrió el freno proteccionista durante el kirchnerismo. Según explicó el presidente de la Cámara de la Vestimenta, Elbio Fuscaldo, el sector estaba enfocado en Argentina y estas medidas generaron una caída abrupta de las exportaciones, que sumada a un incremento de las importaciones –fundamentalmente desde Asia– hicieron que la industria que hace cuatro años empleaba a 7.000 personas hoy dé trabajo a unas 3.000.
Fuscaldo opinó que, aunque había expectativa sobre un nuevo gobierno en Argentina, la aparición de cupos, en los que se les permite a los importadores comprar solo 10% más de lo que habían hecho el año anterior, está haciendo más lenta la recuperación.
Economía difícil. Si bien algunas medidas proteccionistas persisten, las empresas consultadas están de acuerdo en que Argentina está más abierta que en años anteriores. La caída en las exportaciones se da por la fragilidad que vive la economía en el vecino país que este año cerrará, según el Fondo Monetario Internacional, con una contracción del 1,8%.
De hecho, todos los rubros importantes de la economía Argentina, a excepción del campo, están en caída. La industria se redujo 7,6% interanual, mientras la construcción retrocede 13%. En el sector privado se perdieron más de 120 mil empleos y el consumo registró una baja interanual del 7,5%.
Por eso, para el presidente de la Cámara de Comercio Uruguayo-Argentina, Ángel Piazza, si bien el "ánimo fue totalmente distinto" con el nuevo gobierno, y "había mucha expectativa", la situación económica del país hizo que el comercio "no haya sido fluido".
De hecho, algunos de los rubros que más cayeron –según datos de la Unión de Exportadores– fue el de los "vehículos automóviles y tractores, sus partes y accesorios" que se redujo casi 70%. Las empresas de autopartes de Uruguay colocan en Argentina piezas para la producción de vehículos que se venden en el país y en Brasil, país donde la recesión hace que la venta de automotores baje.
Recuperar el terreno perdido. Más allá de la crisis económica que enfrenta Argentina y las medidas proteccionistas que aplique el gobierno, uno de los desafíos que tienen los exportadores uruguayos es recuperar los mercados que perdieron durante el tiempo en que no pudieron ingresar al vecino país. El presidente de la Cámara de Comercio Uruguayo-Argentina explicó que "los productos que perdieron la rutina de la exportación durante el período de gobierno (de los Kirchner) fueron sustituidos por algo del mercado local".
En el mismo sentido, la gerenta general de la Unión de Exportadores, Teresa Aishemberg, sostuvo que ahora los exportadores uruguayos están saliendo a convencer al importador argentino para recuperar la relación de confianza que se había construido hace muchos años.
"Es difícil encauzar otra vez un flujo comercial como el que teníamos antes, porque algunas de las empresas que exportaban a Argentina cerraron", y otras perdieron terreno frente al producto producido en ese país, indicó Aishemberg .
Por ejemplo, la prohibición de hacer trasbordos de la carga argentina en puertos uruguayos –que ya se revirtió– llevó a que muchas empresas armaran su logística en puertos del sur de Brasil.
Si bien la actividad del puerto de Montevideo cerrará el año con una expansión del 7%, según datos de la Agencia Nacional de Puertos (ANP), las compañías saben que más allá de esa apertura queda trabajo por hacer.
"De alguna manera, cuando exportás, armás una ruta para tu mercadería. Durante el bloqueo a los puertos uruguayos, los argentinos tomaron otro camino. Ahora tenés que darle condiciones y desacostumbrarlos para que vuelvan a trabajar con Uruguay", explicó el gerente comercial de Montecon, Julio Branda .
Según datos de ANP, desde el fin de esta medida unos 200 mil contenedores de Argentina pasaron a hacer trasbordo en Uruguay; eso representa el 25% del total de los contenedores que pasan por el puerto de Montevideo antes de ir a su lugar de destino final. Sin embargo, el director de ANP, Alberto Díaz, dijo que todavía no se logró recuperar toda la carga de trasbordos.
"Recuperamos las frutas, la carga desde Rosario, pero todavía nos quedan los congelados del sur", que continúan haciendo escala en puertos del sur de Brasil, explicó Díaz.
La gerenta general de la Unión de Exportadores concluyó que no bastará con que Argentina reduzca su política proteccionista para recuperar la relación comercial anterior a las trabas aplicadas por el kirchnerismo. "En la medida en que Argentina empiece a crecer (lo que se prevé que ocurra el próximo año a tasas de 2,7%, según el FMI), se podrá ver el mercado fluido como era antes", aunque recuperarlo puede llevar hasta cinco años, recordó Aishemberg.
La exportación de soja a Argentina en el comparado enero-noviembre de 2015 y 2016 creció casi 5.000%, según datos de la Unión de exportadores, desde los US$ 502 mil a los US$ 25 millones. Según explicaron en LDC, uno de los principales exportadores en el rubro, este incremento se explica porque ese país reabrió el régimen de importación temporaria, por la cual se puede importar mercadería para su industrialización y reexportación, pagando aranceles solo sobre el valor agregado en el país.
El retorno de argentinos al este. A pesar del mal momento económico que viven los argentinos, los operadores turísticos esperan una temporada récord con más de 3 millones de visitantes, y un incremento del entorno del 10% respecto al año anterior. La alta inflación del vecino país (44,7% interanual acumulada en los últimos 12 meses según el Indec) y la diferencia cambiaria hacen que Uruguay esté competitivo en precios por primera vez en años.
Además, el levantamiento del cepo cambiario –que se hizo también en el gobierno de Macri– hizo que los argentinos pudieran hacerse con dólares para viajar con mayor facilidad.