El asesor laboral de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Andrés Fostik, sostuvo que el tema plantea un problema en el horizonte de las empresas.
En un contexto marcado por el enlentecimiento de la economía y presiones inflacionarias que no dan muestra de moderación, en el sector industrial preocupa el escenario con el que las empresas se pueden encontrar al momento de tener que pagar los correctivos por inflación previstos en los convenios recientemente negociados en el marco de los Consejos de Salarios.
Si bien las pautas que estipuló el Poder Ejecutivo para la última ronda de negociación establecía ajustes nominales, luego de pasados dos años prevé que en el caso de que la inflación supere el ajuste salarial, los empresarios deben compensar esa diferencia a través de un correctivo. Una inflación más alta –y expectativas también en aumento– lleva a los empresarios a mirar con recelo esos correctivos que se van acumulando.
En diálogo con El Observador el asesor laboral de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Andrés Fostik, sostuvo que el tema plantea un problema en el horizonte de las empresas. "El negocio de pagar un 8% y después acumular un 3% o un 4%, y pagarlo luego no es bueno para ninguna de las partes. No es un negocio empresarial acumular salario ajeno. Va a ser un problema porque cuando los números están muy justos o no dan tenemos que sacar dinero de lo que ya vendimos a precio de ayer en la economía de hoy más cara, para pagarle lo que estamos debiendo y que no sabíamos que le íbamos a deber", alertó.
El ejecutivo dijo que en el caso de empresas multinacionales con 250 personas este tipo de cosas se programa, pero consideró que el problema es para "el boliche uruguayo clásico", las empresas de hasta 10 o menos personas "donde eso "no existe".
Según Fostik, se trata de cláusulas acordadas en los convenios y que están "para cumplir". "Es un riesgo que se corrió. (...) Lo que se hizo fue firmar en base a un lineamiento que de nuestra parte no era correcto porque no cubría este tipo de posibilidades. En su momento la crítica del sector empresarial estuvo en que así como hoy los trabajadores se quejan porque quieren una modificación hacia arriba de los lineamientos, nosotros dijimos que eran lineamientos que no contemplaban la realidad que se venía" apuntó.
"Van a cumplir los que puedan. Algunos quedarán por el camino porque no podrán cumplir. Nadie previó a nivel oficial que el escenario pudiera ser tan riesgoso" añadió el dirigente de la CIU.
La desinflación que no fue. Por su parte, el delegado de la Cámara de Industrias ante los Consejos de Salarios, Juan José Fraschini, coincidió en que el pago de los correctivos en los convenios salariales que están vigentes puede ser "un problema" para rubros de su sector que ya vienen atravesando una "coyuntura complicada".
Recordó que en los lineamientos que presentó el Ejecutivo en junio del año pasado estaba prevista una "trayectoria descendente de la inflación", algo que en los hechos no se está registrando. Los precios al consumo acumularon un aumento de 10,6% en los últimos 12 meses y la mediana de los analistas encuestados por El Observador en marzo no esperaban que la inflación baje del 9% en los próximos 24 meses.
El delegado empresarial se mostró "preocupado" por el futuro de la negociación que está en curso con grupos que están "seriamente complicados" para renovar sus convenios. Es el caso de la minería, en particular las empresas que se dedican a la extracción de piedras preciosas en Artigas. Según Fraschini, hay empresas en ese departamento que están pensando en trasladar su centro de procesamiento al territorio brasileño.
Otro sector complicado son las minas de oro, que cuenta con un número importante de trabajadores en seguro de paro, y con un precio del mineral que no muestra signos de recuperación en los mercados internacionales. El agro es otro de los rubros que en junio deberá negociar la renovación de sus convenios, con una coyuntura bastante adversa respecto a la que tenía tres años atrás cuando se aprobó el convenio aún vigente.
La industria láctea es otro de las ramas que está negociando actualmente con una distancia considerable entre lo que pretende el gremio y lo que están dispuestas a ofrecer las empresas del sector. En la vereda de enfrente, uno de los sectores donde la negociación parece encaminarse a buen puerto es el forestal. Fraschini indicó que hoy la diferencia para cerrar un acuerdo no está en el porcentaje de incremento, sino en la forma de trabajo que se define con las empresas contratistas del sector.
¿Pautas nominales?. Las pautas diseñadas y ratificadas de forma reciente por el Poder Ejecutivo sugieren como punto de partida ajustes nominales en función de la realidad de cada sector de actividad. Para aquellos más dinámicos –crecen por encima de 4% anual– se plantea elevar 10% los salarios el primer año, 9% el segundo y 8% el tercero.
En tanto, para aquellas ramas menos dinámicas –que crecen por debajo del 4%–, los ajustes propuestos son de 8,5%, 7,5% y 7%, respectivamente. Finalmente, para los sectores en problemas los ajustes planteados son de 8%, 6,5% y 6%. Además, esas fórmulas prevén correctivos por inflación observada que se aplican –si son necesarios– al terminar el segundo año y otra vez al finalizar el tercero.
Esto supone un cambio respecto a las pautas anteriores y apunta a reducir el carácter indexatorio que tenía el esquema de ajustes salariales, en el que los correctivos de inflación se aplicaban anual o semestralmente (dependiendo del convenio vigente en cada grupo). De este modo, se acabó el correctivo entre inflación efectiva e inflación esperada tal como se aplicaba en la última década y las correcciones destinadas a acotar las pérdidas de poder adquisitivo, no supondrían una propagación del fenómeno inflacionario como sucedía anteriormente, había señalado un informe de CPA Ferrere.
La moderación de los ajustes salariales y la preservación de la mayor cantidad de empleo en un contexto de enfriamiento de la economía son los argumentos centrales que utiliza el gobierno para defender y mantener las pautas.
Convenios en línea con criterios del Ejecutivo. La primera parte de la sexta ronda de negociación colectiva en el sector privado –que se concentró mayormente en el segundo semestre del año pasado– mostró un alto porcentaje de acuerdos tripartitos, y también un importante alineamiento a las pautas diseñadas por el gobierno.
Un primer balance presentado esta semana por el abogado laboralista del estudio Ferrere, Nelson Larrañaga, marcó que de 57 documentos analizados, 40 obedecieron a la clasificación que estableció el Poder Ejecutivo en sus pautas, que buscaba diferenciar los ajustes salariales de acuerdo al desempeño y perspectivas de los distintos sectores –dinámicos, intermedios y en problemas–. La asignación dentro de cada mesa de negociación estaba a cargo de las partes y no de las autoridades.
Así hubo 20 acuerdos que incorporaron ajustes salariales en la franja "intermedia", 14 en la franja "en problemas" y cuatro en la franja "dinámica". En tanto, hubo dos convenios con una mixtura que combina para las franjas de salarios menores ajustes bajo el sector dinámico y para las franjas superiores ajustes medios. También hubo ramas de actividad que se apartaron de las pautas y acordaron de forma bipartita como fue la banca privada.