Para especialistas, hay factores como la "inflación estructural" o, en otro caso, la emisión del Banco Central como consecuencia de su colocación de Letras de Liquidez, los cuales vendrían "siendo los disparadores de la suba de precios".
Buenos Aires. El sendero alcista de la inflación en Argentina, que ya suma 6,8% en lo que va de año, motiva actualmente diversos análisis en este país, tomando como punto de partida la política del Banco Central (BCRA) de frenar la emisión monetaria.
Desde octubre pasado, el BCRA apuesta por un nulo crecimiento de la base monetaria con el propósito de reducir la suba de precios, una decisión que inicialmente se mantendría hasta junio próximo pero que luego fue extendida a finales del año 2019, tras un anuncio del presidente de esta entidad, Guido Sandleris.
A cinco meses de esta medida, la inflación en el país sudamericano ha mostrado signos de ascenso, reportando 2,9% en enero y 3,8% en febrero. Ambas cifras han sido calificadas por Sandleris como "muy elevadas".
Un nulo crecimiento de la base monetaria sumado a una alta tasa de interés, que hoy ya ronda el 66,5%, con un resultado final de ascendente inflación, constituye hoy uno de los principales temas en boca de analistas y expertos.
Para especialistas en el tema, hay factores como la "inflación estructural" o, en otro caso, la emisión del Banco Central como consecuencia de su colocación de Letras de Liquidez (LELIQ, instrumentos de deuda), los cuales vendrían "siendo los disparadores de la suba de precios".
El economista Martin Burgos, citado en el diario local "Infobae" apunta que "esta realidad pone en discusión el lema según el cual 'la emisión provoca inflación', tan utilizado por la teoría económica ortodoxa, y abre perspectivas de discusiones más interesantes y más cercanas a lo que se discute en la academia en la actualidad".
"La tesis de la inflación estructural toma todo su sentido si miramos los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de febrero: mientras la inflación total del primer bimestre 2019 fue de 6,8%, no todos los productos medidos subieron en la misma proporción", señaló.
El Coordinador del Departamento de Economía Política del Centro Cultural de la Cooperación, expone el caso de los "precios relativos" en donde si algun precio se mueve en ascenso, el resto también subirá "para volver a los precios relativos anteriores".
En esa línea, apuntó al ejemplo de la suba de precios en el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas, la cual se encontró por encima del dato oficial en el primer bimestre del año, sumando 9,6%.
"La inflación estructural nos enseña que este diferencial de precios que tuvieron los alimentos sobre los demás productos implica que en el futuro, es muy probable que los demás precios se acomoden al ritmo de crecimiento de los alimentos y por lo tanto sigamos una senda alcista de los precios", acotó el experto.
Recientemente, el ex ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat-Gay cuestionó el programa antiinflacionario de las autoridades argentinas y sostuvo que no necesariamente una mayor emisión monetaria genera inflación.
"No necesariamente estamos condenados a que cada peso emitido se transforme en emisión. Es un fenómeno mucho más complejo, depende de la confianza y de las expectativas", sostuvo Prat-Gay citado por el diario local El Cronista.
El exfuncionario colocó como ejemplo el dato de inflación de 3,7% al cierre del 2003 en Argentina, cuando ese mismo año la base monetaria creció al menos un 30%.
Por su parte, el economista y profesor de la Universidad del CEMA, Mariano Fernández, apunta al crecimiento mensual de la tasa de las LELIQ como una de las razones a las cuales debe prestarse atención.
Las LELIQ con plazo a siete días son emitidas diariamente por el Banco Central con destino a bancos privados y públicos, a fin de captar moneda local y así incentivar la demanda de pesos. Sin embargo, a los siete días la entidad monetaria debe cancelar estas Letras a los bancos con intereses actuales superiores al 66%.
Advierte Fernández, que en relación a la demanda de dinero es importante notar el comportamiento que se da respecto al dinero transaccional puro (base monetaria) y el dinero remunerado, procedente de las LELIQ con liquidez potencial a siete días.