En una nota de opinión publicada en el Financial Times este martes, Kristalina Georgieva aseguró que abordar los volátiles flujos de capital podría ser desafiante, porque había poco consenso sobre la correcta combinación y momento de las medidas.
Londres. Tipos de cambio flexibles podrían no ser el amortiguador más adecuado para las economías emergentes bajo presión, dijo la jefa del Fondo Monetario Internacional, agregando que podría ser necesaria una combinación de políticas específicas de cada país.
En una nota de opinión publicada en el Financial Times este martes, Kristalina Georgieva aseguró que abordar los volátiles flujos de capital podría ser desafiante, porque había poco consenso sobre la correcta combinación y momento de las medidas.
"El actual marco del FMI, basado en un pensamiento económico más convencional, lleva ampliamente a los miembros a utilizar el tipo de cambio como un amortiguador", afirmó, agregando que esto había entregado una buena aproximación sobre cómo las economías desarrolladas se ajustan a los choques externos y los movimientos de tipos de cambio.
"Pero puede pasar por alto importantes características de mercados emergentes que alteran la respuesta de sus economías a los choques externos y podría requerir una prescripción de política diferente", agregó.
En muchos países en desarrollo, el dólar jugó un rol desproporcionado en la facturación comercial así como ser la moneda en la que se denominaron grandes partes de la deuda externa.
"Eso puede provocar que los tipos de cambio se conviertan en amplificadores de los choques ya que pueden incrementar repentinamente los costos del servicio de la deuda y los pasivos", dijo. La falta de liquidez en muchos mercados de cambio en mercados emergentes aumentan esos temores.
En los últimos años, una serie de países como Egipto, Venezuela y Uzbekistán han aflojado su control sobre sus monedas, permitiendo ajustes económicos a través de sus tipos de cambio y tratando de preservar las reservas y abordar la escasez de dólares.
Georgieva dijo que el FMI reevaluaría los costos y beneficios de cuatro herramientas -política monetaria, política macroprudencial, intervenciones en tipos de cambio y medidas de flujo de capital- en cómo interactúan entre sí, pero también con las circunstancias específicas de un país.
"¿Cómo podemos hacer que los flujos de capital sean más seguros para las economías de mercados emergentes? Encontrar la respuesta adecuada a esa pregunta es crucial para la estabilidad financiera, el crecimiento y los empleos", dijo la jefa del FMI.