Ambos líderes rebajaron las expectativas de que la primera visita oficial del líder griego a Berlín tenga como objetivo presentar una nueva lista de propuestas de reformas, tal y como prometió a los líderes de la Unión Europea en una cumbre celebrada la semana pasada.
Berlín/Atenas. La canciller alemana, Angela Merkel, no espera que su reunión del lunes con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, resuelva sus diferencias con la zona euro respecto al rescate de Grecia, pero sí pretende que le cuente en persona sus planes de reforma, dijo un asesor.
Ambos líderes rebajaron las expectativas de que la primera visita oficial del líder griego a Berlín tenga como objetivo presentar una nueva lista de propuestas de reformas, tal y como prometió a los líderes de la Unión Europea en una cumbre celebrada la semana pasada.
Las versiones de que Tsipras llega con un nuevo paquete de reformas, a pocos días de que se pueda liberar el dinero que Grecia necesita para evitar su salida del euro, fueron recibidas con gran escepticismo en Alemania, la mayor economía del bloque continental.
El portavoz de Merkel, Steffen Seibert, dijo que la reunión -prevista para las 17:00 hora local (1600 GMT), seguida de una rueda de prensa conjunta y una cena- no sustituye a las conversaciones de Grecia con el resto de los socios de la zona euro.
"Grecia tiene un acuerdo con el Eurogrupo, no uno bilateral con Alemania. Así que si hay pronto una lista de reformas, tal y como Grecia prometió, será presentada al Eurogrupo, no a gobiernos individuales", declaró Seibert.
No obstante, aunque el encuentro no "rivaliza" con las reuniones con el Eurogrupo, "por supuesto que es interesante para la canciller escuchar de boca del primer ministro griego cuáles son sus ideas", dijo Seibert.
Por otra parte, las noticias acerca de una carta que Tsipras escribió a Merkel la semana pasada advirtiéndole que para Grecia sería imposible hacer pagos de deuda en las próximas semanas sin más asistencia financiera, ayudaron a configurar un panorama poco esperanzador para una reunión que ya prometía ser tensa.
"No es una amenaza, es la realidad", dijo un portavoz del gobierno heleno, Gabriel Sakellaridis, al canal de televisión local Mega TV, cuando fue preguntado acerca de si la carta del 15 de marzo pretendía dejar claro que Atenas optará por pagar salarios en vez de pagar sus deudas.
"Fue una carta que dijo más o menos lo que hemos estado diciendo desde la semana pasada: que hay un problema de liquidez y que lo que se necesita son iniciativas políticas", dijo.
Tsipras culpó a los límites del Banco Central Europeo por la capacidad de Grecia de emitir deuda a corto plazo, así como a la renuencia de las autoridades de rescate de la zona euro a desembolsar más dinero antes de que Atenas adopte una nueva ronda de reformas, publicó el diario Financial Times.
La desconfianza y el escepticismo entre los aliados de Merkel han generado una imagen de las conversaciones como si fueran duelos en el Salvaje Oeste, con los medios alemanes colocando a Tsipras como un forajido y a la canciller como el sheriff que intenta mantener unida a la zona euro.
Aunque la semana pasada Merkel admitió que ella y Tsipras conversarían "y quizás también discutirían", afirmó que no sería un momento definitorio en la disputa entre Atenas y sus acreedores de la zona euro por los términos de su rescate financiero por 240.000 millones de euros (US$260.000 millones).
Por otra parte, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, canceló un viaje que tenía planeado a Londres para el martes, dijo el lunes la embajada griega.
Varoufakis tenía previsto hablar en una conferencia en Londres y participar en un par de eventos más, pero canceló el viaje a medida que se intensifican unas negociaciones cruciales entre Grecia y sus socios de la zona euro por la necesidad de asistencia financiera para el país.