Los reportes corporativos para el primer trimestre no se ven mal y parte del éxito se atribuye al consumo. La recuperación de la demanda interna se ha beneficiado de más empleo y bajas en inflación y tasas de interés.
En estos días llama a la puerta la temporada de reportes corporativos, y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) parte de una posición bastante neutral, toda vez que en el año su rendimiento es de apenas 4,3% en pesos, pero a la hora de tener en cuenta la depreciación de la divisa mexicana, su rendimiento se queda en menos de dos por ciento.
Eso sí, el viernes, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) cerró en 45 mil 12.37 puntos, escala que llevó al principal indicador bursátil a 2,9% de su récord histórico registrado en septiembre del año pasado.
En cuanto a su comparación con los mercados de Wall Street su ganancia en el año es muy parecida a la del Nasdaq de 4,1%, además supera al índice S&P 500, cuyo rendimiento es de uno por ciento en el año y al indicador Dow Jones, el cual muestra tablas un su saldo en lo que va del año.
Esa neutralidad del IPC que transmite dificultad para brincar a nuevos máximos se ha observado desde el primero de diciembre de 2012, desde esa fecha su rendimiento acumulado es de 6.4 por ciento, pero ahí sí queda mal parado, si se compara con el índice S&P 500, que en ese período se ha disparado 48 por ciento.
Freno en el camino. El fracaso para subirse al rally bursátil de Wall Street y de otras partes del mundo se debe a varios factores: el crecimiento de la actividad económica del país ha decepcionado, incluso ha resultado inferior a lo esperado, se derrumbó el sector de la construcción por el cambio de modelo de vivienda, se paralizó la actividad en ciertos sectores por la incertidumbre propiciada por el Pacto por México y la avalancha de reformas estructurales, el consumo resintió el impacto negativo por las modificaciones al sistema tributario y se desplomaron las cotizaciones de las materias primas… ese conjunto de causas han pesado en el IPC y le ha impedido saltar más alto.
Saltando vallas. De aquí en adelante vienen más retos. Todavía México tiene que digerir completamente el impacto de la caída del precio del petróleo, lo cual acontecerá en 2016, año para el que el gobierno ya se está previniendo anunciando recortes en el gasto público y tomando otro tipo de disposiciones para mantener la disciplina fiscal, así como un posible ciclo de restricción monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) que puede traer volatilidad a los mercados financieros globales y propiciar aumentos de tasas por parte del Banco de México (Banxico).
Sin embargo, los reportes corporativos para el primer trimestre del año no se ven mal, y gran parte de éxito se debe atribuir al sector de consumo.
Precisamente la demanda interna, unas de las debilidades de México, empieza a reanimarse por varios factores, entre los que destaca la mejora del empleo, el comportamiento benigno de la inflación y los bajos niveles de las tasas de interés que con la consiguiente expansión del crédito, favorece el gasto de consumidor. Además, el sector se beneficiará de una base de comparación favorable tras el impacto negativo de la Reforma Fiscal el año pasado.
Impulsan remesas. A su vez, el auge de Estados Unidos y la depreciación del peso han significado una sustancial mejora de las entradas por remesas de inmigrantes, tanto en dólares como en pesos.
Así, las remesas en dólares crecieron a un ritmo acumulado de 3.1 por ciento en el primer bimestre; sin embargo, y gracias a la depreciación de la moneda en México, el aumento en dólares fue sustancialmente mayor, cerca de 15 por ciento.
Esa mejora en el poder adquisitivo de los consumidores mexicanos se ha dejado sentir en el sector minorista, tanto en el consumo básico como en el discrecional.
De hecho, el desempeño de las cuatro mejores empresas del IPC, en lo que llevamos de año, pertenecen al sector de consumo: Gruma con una ganancia de 32 por ciento y Walmart de México con un alza de 22 por ciento pertenecen al sector de consumo básico, mientras que Liverpool, con un aumento de 21 por ciento y Alsea, con una avance de 16 por ciento, integran al rubro de consumo discrecional.
Joya del mercado. El caso de Gruma, la mayor productora de tortillas del mundo, no es nuevo, de hecho, es con mucho la mejor acción del sexenio: desde diciembre de 2012, la acción ha aumentado más de 430%.
En el primer trimestre del año, la mejora del poder adquisitivo junto con la depreciación del peso compensaron la caída del precio del maíz, cuya cotización se ha reducido 15 por ciento en promedio, respecto al primer trimestre del año pasado.
No obstante, su principal ventaja es que 70 por ciento de sus ventas provienen del exterior, sobre todo de Estados Unidos, a donde destina 60 por ciento de las ventas totales, por lo que sus números mejorarán al convertir sus ingresos en pesos. Así, a mediados de marzo, la acción tocó un máximo histórico de 206.7 pesos.
Dólar al alza. Walmart de México también se benefició de la depreciación del peso, toda vez que buena parte de su estrategia va dirigida a las familias de medios y bajos ingresos, estratos sociales que han visto cómo sus ingresos han mejorado por la entrada de remesas.
En consecuencia, las ventas a mismas tiendas del grupo ha mejorado sustancialmente, ya que durante el primer trimestre crecieron 4.9 por ciento, dato que significó su mejor tasa de crecimiento desde 2012.
Cabe señalar que la empresa, que reportará mañana, podría publicar un crecimiento en las utilidades por acción de 18 por ciento, según las estimaciones del Grupo Financiero Santander.
La depreciación del peso y el crecimiento de las remesas también parece ha mejorado la digestión del conglomerado de restaurantes Alsea, que además coincidió con la compra de Vips y El Portón, así como otro paso en su estrategia de expansión internacional con la compra del Grupo Zena en España.
Cabe señalar que la compañía planea dividirse en dos: por una parte prevén que una división aglutine las operaciones en México y la otra sus actividades internacionales, concentradas en España, Argentina, Brasil, Chile y Colombia, países que representan 35 por ciento de los ingresos totales.
La otra minorista que destaca en la BMV es Liverpool, firma que ha conducido una acertada estrategia comercial de mejorar su oferta de prendas con la inclusión de marcas como Aéropostale y Carters, así como la mayor variedad de productos de GAP y Banana Republic.
En la cima. Pero hay más, la empresa Femsa con una ganancia de 11.7 por ciento, Grupo Bimbo con un alza de siete por ciento y Grupo Lala con un incremento de siete por ciento, todas relacionadas con el consumo básico, han tenido un buen desempeño en lo que llevamos de año, incluso por encima del rendimiento del IPC, y pueden reportar buenos números en el primer trimestre.
Femsa y Bimbo son un ejemplo, y aunque fueron de las más castigadas por la Reforma Hacendaria, por el impuesto a los alimentos de alto contenido calórico, la favorable base de comparación les ayudará.
A Bimbo, además le vendrá bien la adquisición de Canada Bread, por el contrario, a Femsa y a Coca Cola Femsa le pueden dañar los resultados de la devaluación del bolívar venezolano, ya que Venezuela representa diez por ciento del Ebitda de Femsa y 17 por ciento, de Coca Cola Femsa.
Bajas tasas dan apoyo. El mayor dinamismo del consumo y las bajas tasas de interés también impulsan el crédito, lo que hace que algunos grupos financieros destaquen entre las compañías con un buen comportamiento en el mercado de capitales como Banregio con una ganancia de 12 por ciento, que ha realizado una fuerte expansión en el mercado hipotecario, así como en el negocio de arrendamiento para pequeñas y medianas empresas, además de Banorte con un aumento de 11 por ciento y Santander con un alza de diez por ciento, institución que adquirió la cartera de crédito al consumidor de Scotiabank.
Negrito en el arroz. Pero no sólo hay parabienes para el sector consumo, la empresa Comercial Mexicana, cuya estrategia se ha enfocado al cliente minorista “premium” tras la venta de las tiendas a Soriana ha salido mal parada ante una clientela aún castigada por la Reforma Fiscal y al bajo crecimiento económico.
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