Secretarios de Finanzas del mundo comenzarán a discutir el 19 y 20 de enero una agenda que incluirá nuevas herramientas para dotar al FMI de mayor capacidad de fuego.
Este jueves arrancan las deliberaciones versión 2012 del G-20, donde México estrena la presidencia, con el karma de la crisis de la deuda europea, que sigue en plena ebullición y continúa empañando la agenda acerca de la adopción de medidas anticrisis.
Secretarios de Finanzas del mundo comenzarán a discutir el 19 y 20 de enero una agenda que incluirá nuevas herramientas para dotar al FMI de mayor capacidad de fuego, según se conoció entre ayer y hoy, y la urgente y necesaria resolución de la crisis de deuda griega, en lo que será la previa a la reunión de ministros de Economía, que tendrá lugar en febrero próximo, también en la capital mexicana.
Por la Argentina, trascendió que viajará Guido Focieri, ex Jefe de Gabinete de Amado Boudou ahora devenido en subsecretario de Servicios Financieros del ministro de Economía, Hernán Lorenzino.
Desde la última cumbre del G-20 de presidentes, que tuvo lugar en Cannes, en noviembre, poco se avanzó en lo que respecta a una solución coordinada de los países europeos, y Grecia continúa en la búsqueda de una negociación "amistosa" con los acreedores, que claramente no tiene nada de amistosa y mucho de la realidad de que presiona para que resulte la mayor quita de la historia.
La Argentina, que padece este lamentable pero necesario título, al haber ofrecido una quita nominal de cerca del 66%, mira hoy atónita cómo los países europeos presionan a los acreedores para que acepten un descuento incluso mayor al 50% "pactado" en Cannes, y ya se habla de quitas inevitables del 68%.
Es decir, los inversores, en este caso los bancos, recibirán 32 centavos por dólar, valores que superan incluso la marca argentina y estudios privados afirman que aún esta medida podría resultar ya insuficiente.
Pero la perplejidad viene por el lado de que semejante quita, por la que Argentina fue duramente castigada en los últimos años, no sería considerada un default, según la voluntad de los países europeos, porque si ello ocurriera se activarían una catarata de contratos de incumplimiento en el mercado de los derivados financieros con los denominados CDS, que precisamente son seguros contra defaults.
Tanta necesidad de quita y esta contradicción con el CDS, que llevan implícitos la existencia de un vacío legal internacional sobre defaults soberanos, son los que traban hoy las negociaciones en Grecia.
Esta situación salpicó hoy a Portugal, que ingresó a zona de default, según los analistas, al haber computado hoy rendimientos de hasta casi 15% en su bono a 10 años.
Por otro lado, el FMI deslizó hoy que buscará la forma de reunir unos 600.000 millones de dólares de los países emergentes -según trascendió de la última reunión de directorio que tuvo lugar ayer-, con las miradas puestas en el aporte de los países con mayores nivel de reservas acumuladas, con China a la Cabeza y, más abajo, Brasil, que ocuparía el quinto lugar en el ranking.
Ambos países conforman el grupo BRICS, que manifestó, sin resultados concretos, intención de ayudar con algún tipo de financiamiento en la crisis en las cumbres del 2011.
También trascendió, según agencias internacionales, que en aquella reunión -que ninguna fuente oficial desmintió hoy y el mercado las tomó como válidas- que se habló de cifras incalculables de hasta un billón de dólares (trillions, en inglés) en los próximos dos años, para cubrir las brechas de financiamiento si las condiciones empeoran.
Esos pronósticos son probables, según las estimaciones frescas que aportó hoy el Banco Mundial, sobre que la economía europea seguirá en recesión ya afectará a la baja el crecimiento de los mercados emergentes, incluyendo a América Latina.
De esta forma, se va corriendo el péndulo desde las medidas que proveyeron una fuerte liquidez a los mercados (y luego se apostó a las políticas de ajuste), hacia la adopción de medidas que garanticen la existencia de un prestamista de última instancia, y que claramente hoy el FMI ya no tiene esa capacidad, como la tenía con los paquetes de salvataje que lograba armar en los `90.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde reconoció públicamente que el FMI evalúa nuevas opciones para incrementar la capacidad de respuesta del FMI ante la crisis de la euro zona.
El otro tema ineludible será el rol de las calificadoras, que la semana pasada rebajaron la calificación a nueve países de la euro zona y dejaron a Francia afuera del selecto grupo de la AAA.
Los países europeos y los Estados Unidos, alientan hoy a ignorarlas, a cuatro años del estallido que provocó la quiebra de Lehman Brothers, ya que consideran que corren detrás de los acontecimientos y no hacen más que entorpecer las soluciones.
Aquí también la Argentina no fue escuchada, pero cada vez más se hacen eco de su voz, al punto que recientemente el presidente francés, Nicolás Sarkozy, instó a tener "sangre fría" con ellas.
En este contexto debatirán este año que comienza los países del G-20, que realizarán la cumbre presidencial anual en Los Cabos, en junio próximo.