La evolución reciente de diversos indicadores de la economía mexicana indican que la actividad productiva sigue creciendo. Se espera que para este año el PIB mexicano se expanda a un ritmo superior al 4%, de acuerdo a un estudio del Consejo Coordinador Empresarial.
La evolución reciente de diversos indicadores de la economía mexicana indican que la actividad productiva sigue creciendo, según consta en el último estudio del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp), organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CEE), importante organismo gremial empresarial de México.
Si bien a un ritmo menor al observado el 2010, es factible que con el dinamismo que mantiene, el Producto Interno Bruto pueda crecer a un ritmo superior a 4% en el presente año, como ya lo anticipan los pronósticos de los especialistas.
En esa línea, incluso el entorno mejora de tal manera que las estimaciones de crecimiento se han seguido ajustando al alza.
Mejores indicadores. Las cifras disponibles para enero, muestran que los indicadores de tendencia del sector manufacturero reflejan un mejor comportamiento de la producción, el consumo y la inversión, así como de la confianza del consumidor.
En materia de ventas, se reportan crecimientos reales, señal de que el consumo mejora paulatinamente. En este entorno resaltan los avances en el mercado laboral, que según mencionó recientemente el presidente Felipe Calderón, en la primera quincena de febrero de este año se registraron 36 mil nuevos trabajadores urbanos en el IMSS, de tal forma que en el mes y medio que lleva el presente año, se han generado 52 mil nuevos empleos formales.
Factor EE.UU. Buena parte de esto se puede atribuir a las mejores expectativas de crecimiento de la economía estadounidense, toda vez que en su reciente reunión, las autoridades de la Reserva Federal señalaron que prevén un mayor dinamismo para el 2011 de lo que se anticipaba hace apenas unos meses.
De hecho, modificaron su estimación de crecimiento del PIB para ubicarlo en un rango de entre 3.4% y 3.9%, seis décimas de punto porcentual por arriba del rango estimado en su pasada reunión de noviembre de 2010.
En este contexto se consideró que si el gasto de los consumidores sigue aumentando, es factible que la demanda interna se recupere más rápido, lo que afianzaría el proceso de recuperación.
Buenas expectativas. Sin duda esto es una buena noticia para la economía mexicana, puesto que de cumplirse esta expectativa, no habría razón para que la actividad productiva no mejorara aún más de lo previsto. Por lo tanto, este es un buen momento para concretar los cambios que requiere el país y con ello estimular la inversión que permita fortalecer el ritmo de crecimiento en el mediano y largo plazos.
Sin embargo, el objetivo real debe ser un ritmo de crecimiento mayor al que se genere por esta estrecha relación con la economía de los Estados Unidos, para lo cual es indispensable que la inversión pública sea lo más ágil posible y de un entorno de negocios en el que se estimule la inversión privada.
Sin duda el tema de financiamiento es vital para esto, de tal forma que se deben analizar los mejores mecanismos para que las empresas cuenten con los recursos necesarios para fortalecer su actividad, con ello se verá beneficiado el mercado laboral y el consumo.
En materia fiscal, que es un factor importante para fortalecer el crecimiento de la economía, el CEESP ha mencionado en diversas ocasiones que la mejor opción es un sistema de tasas de impuestos indirectos, como el IVA, toda vez que es la mejor y más efectiva forma de ampliar la base de contribuyentes, en la que se integran formales e informales. En materia de ISR, la propuesta ha sido migrar hacia un esquema de tasa única que incluya el costo de la seguridad social. Además, es necesario un ejercicio eficiente y transparente del gasto.
Las perspectivas para el presente año son buenas, pero si no se concretan los ajustes que se requieren, el mediano plazo podría no ser tan favorable, toda vez que a pesar de que la economía de los Estados Unidos se fortalece, tardará todavía un tiempo en lograr una recuperación plena, y eso podría igualmente limitar un mayor dinamismo de la economía mexicana.