Las personas por sí solas no ahorran para su retiro, por lo que sería recomendable que el ahorro voluntario fuera descontado desde la incorporación de los trabajadores al empleo formal, propuso Carlos Noriega Curtis, presidente de Amafore.
Excelsior.com.mx Las personas por sí solas no ahorran para su retiro, por lo que sería recomendable que el ahorro voluntario fuera descontado del sueldo de los trabajadores desde su incorporación al empleo formal, propuso Carlos Noriega Curtis, presidente de la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro (Amafore).
En entrevista con Excélsior, precisó que respetando el carácter de voluntario de este ahorro, los trabajadores podrían decidir no realizar aportaciones voluntarias y realizar el trámite pertinente para que no se le haga un descuento adicional al de sus contribuciones obligatorias.
Análisis. “Estamos buscando todos los mecanismos que pudiesen ayudar. En Europa la práctica ha sido retener un monto de ahorro voluntario, y si el trabajador no quiere ahorrar puede ir con su patrón o con el gobierno y decir que no quiere hacerlo, para que no le hagan la retención. El trabajo es al revés de como se hace en México, es decir, por lo pronto hacen la retención, pero como es voluntario una persona ejerce su voluntad saliéndose, no pidiendo entrar como ocurre en nuestro país”.
Bajo estos parámetros en la forma de hacer ahorro voluntario, la mayoría de los trabajadores formales en México realizaría aportaciones adicionales a su afore, toda vez que la experiencia internacional indica que la gente no realiza el trámite para que no se le hagan las retenciones voluntarias.
Reuniones. Para implementar en México este esquema y que los trabajadores puedan incrementar su pensión al momento de retirarse, la amafore está llevando a cabo reuniones periódicas con asociaciones y cámaras patronales, así como con sindicatos y las propias autoridades del Sistema de Ahorro para el Retiro, agregó Noriega Curtis.
Débil contribución. Cabe recordar que México tiene las tasas de remplazo, es decir la proporción del sueldo que reciben los jubilados en forma de pensión, más bajas de la OCDE. Lo anterior se debe a que las contribuciones obligatorias son de apenas 6,5%, mientras en otros países el nivel de aportaciones supera el 13%.