Los tenedores de bonos tienen hasta este viernes para responder a la propuesta, aunque tres grandes grupos de acreedores ya han rechazado la oferta, chocando con el Gobierno de Argentina, que dice que no puede pagar nada más.
Buenos Aires. La negociación de Argentina con sus acreedores para que acepten una propuesta de reestructuración de deuda de US$65.000 millones se ha mostrado "difícil", dijo a Reuters el ministro de Economía, y añadió que no hay planes de extender el plazo del viernes para cerrar un acuerdo.
La potencia agrícola sudamericana, que atraviesa una severa crisis económica, ofreció en abril a los bonistas una quita de intereses del 62%, un período de gracia de tres años y una quita de capital del 5,4%.
Los tenedores de bonos tienen hasta este viernes para responder a la propuesta, aunque tres grandes grupos de acreedores ya han rechazado la oferta, chocando con el Gobierno de Argentina, que dice que no puede pagar nada más.
"Todavía estamos trabajando para acercar a ambas partes (...) Ha resultado difícil", dijo Guzmán a Reuters en su oficina del centro de Buenos Aires, este lunes por la tarde.
"No estamos planeando cambiar la fecha límite", agregó, sin decir si esa postura podría modificarse más cerca del viernes. La propuesta actual dejaría a los acreedores con un cupón promedio de 2,3%, en comparación con su promedio actual de 7%.
El lunes, tres grupos de acreedores criticaron la propuesta argentina y dijeron que busca imponer a los acreedores "pérdidas desproporcionadas que no están justificadas ni son necesarias".
El Ministerio de Economía de Argentina respondió que estaba decepcionado por la posición adoptada por los grupos de tenedores de bonos, aunque indicó que estaba abierto a escuchar las propuestas si se alineaban con el análisis del país sobre los niveles de deuda que serían sostenibles.
Guzmán dijo a Reuters que Argentina había tenido "un compromiso positivo con algunos acreedores en los últimos días". "Otros han decidido no comprometerse y no aceptar nuestras invitaciones para reunirse", agregó.
"Algunos acreedores ya están expresando su conformidad con la oferta y hay tiempo para acordar una resolución sostenible con el resto de nuestros acreedores".
Argentina será flexible hasta cierto punto, siempre y cuando la reestructuración respete las restricciones impuestas por el análisis de sostenibilidad de la deuda del Gobierno y un informe separado del Fondo Monetario Internacional (FMI), explicó Guzmán.
El ministro agregó que las conversaciones han sido constructivas con el FMI sobre un nuevo acuerdo para reemplazar una línea de crédito por US$57.000 millones acordada en 2018. El país además está en conversaciones con el Club de París, aunque no realizará un pago de US$2.100 millones que vence el martes.
"Estamos en negociaciones para reprogramar la deuda del Club de París. No pagaremos mañana", dijo. "El Club de París ha sido receptivo y el proceso para reprogramar la deuda está en curso".
La última vez que el país tuvo un incumplimiento importante, en 2001-02, estaba sumido en una crisis social y económica que empujó a millones de argentinos de clase media a la pobreza y desencadenó más de una década de acusaciones de los acreedores en los tribunales federales de Estados Unidos.
La crisis actual se ve agravada por la pandemia mundial de coronavirus, que castiga incluso a las economías más fuertes del mundo. Argentina arrastra cerca de dos años de recesión.