Paulo Guedes también dijo estar confiado en que Brasil superará en hasta un 40% su objetivo de privatizaciones para 2019, que apunta a recaudar US$20.000 millones por la venta de activos, aunque no entregó detalles sobre qué sectores o bienes serán liquidados.
El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, se mostró este miércoles "optimista" de que el Congreso aprobará un proyecto de ley para reformar el sistema de pensiones, que generará ahorros de 1 billón de reales (US$261.680 millones) durante 10 años, en línea con la ambiciosa propuesta del Gobierno.
Guedes también dijo en una conferencia en Nueva York estar confiado en que Brasil superará en hasta un 40% su objetivo de privatizaciones para 2019, que apunta a recaudar US$20.000 millones por la venta de activos, aunque no entregó detalles sobre qué sectores o bienes serán liquidados.
Se espera que Brasil regrese a las altas tasas de crecimiento "muy pronto", destacó Guedes, a pesar de que el crecimiento en Estados Unidos y en el resto del mundo se está desacelerando.
Clave para lograr esto es la reforma de pensiones, además de la política económica del Gobierno de reducir el gasto público, restaurar las finanzas y reactivar el crecimiento de Brasil, a pesar de las crecientes señales de que el proceso se está empantanando por disputas políticas.
Los legisladores saben que están "arrinconados" y necesitan recortar el gasto en pensiones y cambiar el sistema de jubilación a uno privado", destacó Guedes.
"Soy optimista, creo que el Congreso votará con nosotros. Ellos (los legisladores) cortarán algo aquí, algo allí, pero creo que obtendremos 1 billón (de reales), que es exactamente lo que queríamos", sostuvo Guedes, refiriéndose a la propuesta de lograr estos ahorros en 10 años.
Analistas e inversionistas dicen de manera abrumadora que los ahorros finales que se generen probablemente estarán por debajo de eso, con una estimación de consenso cercana a los 600.000 ó 700.000 millones de reales (entre US$155.730 y US$181.685 millones).
Guedes dijo que las propuestas del Gobierno son ampliamente apoyadas por los brasileños comunes, aunque una encuesta de DataFolha mostró el miércoles que el 51% de los brasileños está en contra de ellas.