"Ahora que comenzamos las negociaciones para salir de la Unión Europea, este presupuesto adelanta nuestro plan para preparar a Reino Unido para un futuro mejor", dijo Hammond al Parlamento. "Aporta una plataforma fuerte y estable para esas negociaciones".
El ministro de Finanzas, Philip Hammond, elevó la previsión de crecimiento económico de Reino Unido para 2017, pero se mostró más pesimista para los tres años siguientes, en la presentación del primer presupuesto completo desde el referendo que decidió sacar al país de la Unión Europea.
En una declaración pública a pocas semanas de que la primera ministra, Theresa May, active el proceso para abandonar la UE, Hammond dijo que la economía británica "siguió confundiendo a los analistas" con su crecimiento en 2016.
"Ahora que comenzamos las negociaciones para salir de la Unión Europea, este presupuesto adelanta nuestro plan para preparar a Reino Unido para un futuro mejor", dijo Hammond al Parlamento. "Aporta una plataforma fuerte y estable para esas negociaciones".
Ahora se espera que la economía británica crezca un 2% en 2017, muy por encima del 1,4% estimado en la última ronda de previsiones oficiales de noviembre, según la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria.
No obstante, el panorama de crecimiento para este año siguió por debajo de la previsión del 2,2% realizada un año atrás, antes del inesperado triunfo del "Brexit", que podría afectar a la economía en los años próximos.
De hecho, las estimaciones de crecimiento para 2018, 2019 y 2020 fueron revisadas a la baja frente al reporte de noviembre.
Hammond había dicho antes que en lugar de usar la mejora del panorama para gastar más, se centrará en eliminar lo que queda de uno de los mayores déficit presupuestarios entre las naciones más ricas del mundo, algo que pretende hacer en la primera mitad de la próxima década.
Asimismo, quiere establecer un fondo de reserva por si la economía británica necesita ayuda durante la desaceleración que seguirá al "Brexit".
Se esperaba que la decisión de abandonar la UE propinara un golpe duro y rápido a Reino Unido, pero los consumidores siguieron gastando a buen ritmo, ayudando a lograr un crecimiento del 1,8%, por encima de todos los países de G-7 en 2016, a excepción de Alemania.