En una entrevista con Efe, Yeoryiadis explicó que aunque las previsiones incluidas en el programa de rescate financiero que Chipre acaba de firmar con la troika apuntan a una recesión del 9% para el 2013, es "probable que el retroceso sea mayor".
El ministro chipriota de Finanzas, Jaris Yeoryiadis cree que su país se enfrentará este año a "una gran recesión", que posiblemente superará el 9% previsto oficialmente, pero confía en que la economía de su país volverá a cifras positivas en 2015.
En una entrevista con Efe, Yeoryiadis explicó que aunque las previsiones incluidas en el programa de rescate financiero que Chipre acaba de firmar con la troika internacional apuntan a una recesión del 9% para el 2013, es "probable que el retroceso sea mayor", si bien insistió que es difícil "hacer previsiones precisas tras "el shock" que ha sufrido el sistema bancario de Chipre.
Chipre, rescatada por la troika con 10.000 millones de euros, se vio obligada a cambio a llevar a cabo una amplia reestructuración de su sistema bancario, que conlleva pérdidas para ahorradores con depósitos superiores a los 100.000 euros en los dos principales bancos, el Banco de Chipre y el Banco Popular (Laiki).
El acuerdo con la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional) incluye la reestructuración de la mayor entidad financiera chipriota, el Banco de Chipre, y la liquidación del Banco Popular, el segundo mayor de Chipre, además de la reducción del sector al 350 % del PIB del 550 % que comportaba hasta ahora.
Además, Chipre tuvo que imponer una serie de medidas para prevenir una huida incontrolada de depósitos.
En este sentido, Yeorgiadis indicó como prioridad de su Gobierno estabilizar el sistema bancario del país, una condición indispensable para que "se estabilice el resto de la economía" aseveró el ministro chipriota.
Sin embargo, Yeoryiadis reconoció que "todos están de acuerdo" en que si bien el levantamiento de las restricciones bancarias debe producirse los más pronto posible, tiene que hacerse con cautela.
"Precisamente nuestros socios europeos nos piden tener mucho cuidado en los próximos relajamientos (de las restricciones), para evitar que haya una desestabilización del sistema".
En su opinión, las restricciones, en vigor desde el pasado marzo, deben ser levantadas "gradualmente" y midiendo cada una de sus consecuencias y resultados antes de proceder al próximo paso.
Pese a la grave crisis financiera, Yeoryiadis cree que el sistema bancario de su país "ha mostrado una resistencia y un comportamiento muy maduros. Algunos preveían un derrumbe, el caos, pero las cosas han funcionado mucho mejor".
El ministro reconoció, no obstante, que los efectos sobre la economía real "han sido desastrosos", también para el mercado y las empresas.
"No hay números porque es muy temprano para evaluar las consecuencias. El golpe en el sector bancario a su vez provocó un trauma en la economía real", recalcó.
Yeoryiadis no descarta la posibilidad de que esta forma de rescate interno se aplique en otros países.
"Lo que se está discutiendo ahora en Europa, fue impuesto en Chipre de una manera muy violenta. Para nosotros fue un modo muy violento de recapitalización, sobre todo teniendo en cuenta que se ha aplicado de golpe en los dos grandes bancos sistémicos del país", se lamentó.
Por otra parte, el ministro aseguró que Chipre está trabajando también en corregir los vacíos legales en la lucha contra el lavado de dinero que, tras una inspección por una empresa privada y por la institución europea Moneyval, han sido identificados.
"Chipre adoptará todas aquellas recomendaciones registradas en el informe de Moneyval. Por eso hemos aceptado sin reservas llevar a cabo un control tan detallado en extensión y en profundidad".
Tras constatar que no se ha hecho un informe tan detallado en ningún otro país, el ministro recalcó que "ni el informe de Moneyval ni el de Deloitte confirman las referencias difamatorias hechas sobre Chipre en los últimos meses" que describían a Chipre como un paraíso para el lavado de dinero.
El ministro chipriota evitó pedir controles similares en otros países europeos, porque, subrayó, podría interpretarse como un intento de eludir, "como Estado, nuestras propias obligaciones y responsabilidades".
"Quizás cada Estado deba por sí mismo o colectivamente pedir un control semejante, porque no hay duda de que el lavado de dinero es un fenómeno internacional y europeo que tenemos que combatir", dijo.
Yeoryiadis insistió en que Chipre está decidida a corregir sus errores del pasado para poder nuevamente presentarse como un socio creíble.