"Las agencias de calificación no están preocupadas por algo que es una llamarada pasajera, están preocupadas acerca de si vamos a tener crecimiento", dijo a Reuters el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, en su oficina en Brasilia.
Brasilia. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, lucha por mantener el respaldo de sus aliados en la coalición de Gobierno mientras enfrenta denuncias de manipular las cuentas fiscales, llamados para un juicio político e índices de aprobación en mínimos históricos.
Pero su ministro de Hacienda declaró en una entrevista que confía en la capacidad de la presidenta para capear esta tormenta política y destacó las perspectivas de un plan de austeridad fiscal orientado a mantener la calificación de grado de inversión de Brasil.
"Las agencias de calificación no están preocupadas por algo que es una llamarada pasajera, están preocupadas acerca de si vamos a tener crecimiento", dijo a Reuters el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, en su oficina en Brasilia.
Levy desestimó la posibilidad de que la presidenta sea sometida a un juicio político, diciendo que era "una hipótesis absolutamente remota (...) No veo nada que justifique el inicio de ese proceso".
Una grave recesión económica y un extendido escándalo de corrupción que involucra a decenas de legisladores ha socavado la confianza en el liderazgo de Rousseff y aumentado los llamados públicos para su destitución a sólo seis meses de iniciado su segundo mandato.
Estas tensiones políticas han arrastrado al real brasileño a su menor nivel en más de 12 años contra el dólar estadounidense y generado advertencias sombrías de los grandes inversores.
Levy, un ex ejecutivo de la banca e inclinado hacia el rigor fiscal, es visto como la fuerza detrás del cambio que dio Rousseff para adoptar políticas más amistosas al mercado para recuperar la confianza de los inversores en la economía.
El ministro de Hacienda, conocido por su postura de libre mercado, buscó calmar a los mercados advirtiendo a los inversores que podrían perder mucho dinero por una eventual salida de Brasil debido a preocupaciones por el ruido político.
"He visto otras olas de ventas en Brasil. En general pasan y aquellos que se quedan terminan ganando", dijo Levy.