En el 2014, Chile finalizó preliminarmente con un saldo negativo del 0,5% en el balance estructural del PIB estimado y la meta del actual gobierno es equilibrarlo hacia el 2018, dijo Rodrigo Valdés.
El déficit estructural de la economía chilena del 2015 será mayor que el año pasado, dijo este jueves el ministro de Hacienda, ante un fuerte gasto fiscal para reanimar una deprimida economía y un menor aporte de los ingresos del cobre, principal envío del país.
En el 2014, Chile finalizó preliminarmente con un saldo negativo del 0,5% en el balance estructural del PIB estimado y la meta del actual gobierno es equilibrarlo hacia el 2018, lo que analistas ven cada vez más difícil por la persistente desaceleración de la economía.
El Banco Central recortó recientemente su estimación de crecimiento de la economía del mayor productor mundial de cobre a un rango de 2,25% a 3,25% este año, luego de que el país se expandió un 1,9% en el 2014, su menor ritmo de los últimos cinco años.
Para enfrentar este período, el gobierno ha desplegado un amplio plan de gasto fiscal e inversión pública, pese a que los ingresos de las exportaciones de cobre se han debilitado con fuerza por el desplome en su valor internacional.
"El gasto fiscal este año está teniendo una expansión significativa. El presupuesto de este año tiene implícitamente un aumento algo menos del 10 por ciento del gasto y casi un 28 por ciento de inversión. Eso en perspectiva es muy fuerte", dijo el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en un foro empresarial.
"Esta expansión del gasto significa que este año el déficit estructural, cíclicamente ajustado, del Gobierno aumentará respecto al año pasado", agregó.
El balance estructural es una política que surgió en el 2001 y apunta a mostrar la situación fiscal en una perspectiva de mediano plazo y que hasta fines de la década pasada se ubicó en terreno positivo, apoyado en la bonanza del precio del cobre.
Pero la fuerte caída en los precios del metal rojo generó dudas sobre la viabilidad de lograr un equilibrio, ya que el Ejecutivo ha debido afrontar grandes gastos en reformas, como la del sistema educativo.
En la práctica, el balance estructural significa ahorrar en tiempos de auge cuando se reciben ingresos que se sabe son sólo transitorios, para poder gastarlos en coyunturas que hacen caer los ingresos o aumentan las necesidades de gasto.
"La verdad, es que la política macro está haciendo todo lo que es posible hacer", dijo Valdés.
Apoyado en una política monetaria expansiva, el ministro de Hacienda recalcó que están dadas las condiciones para una mayor inversión del sector privado.