Las monedas de la región operarían mixtas esta semana, fluctuando entre una aversión al riesgo que les haría ceder terreno y una posible mayor demanda de dólares por parte de Japón, para repatriar capitales y enfrentar las consecuencias de un devastador terremoto.
Santiago. Las monedas de América Latina operarían mixtas esta semana, fluctuando entre una aversión al riesgo que les haría ceder terreno y una posible mayor demanda de dólares por parte de Japón, para repatriar capitales y enfrentar las consecuencias de un devastador terremoto.
La crisis que afecta al norte de Africa y a Oriente Medio, a raíz de los enfrentamientos en Libia, mantiene en zozobra a los mercados globales, con un precio del petróleo por sobre los US$100 el barril e inversionistas en busca de monedas más seguras.
"Los efectos iniciales de compras por seguridad en mercados de monedas de países desarrollados, puede golpear a las monedas de América Latina, aunque mantendrán su tendencia alcista", dijo Enrique Alvarez, analista de IDEAGlobal.
El mercado esta semana tendrá puesto sus ojos en datos de inflación de Estados Unidos y en el mensaje de la Reserva Federal que acompañará una esperada mantención de sus tasas de interés.
Analistas consultados prevén que en Brasil, la mayor economía de la región, el real BRBY se deprecie levemente ante el dólar, dado un mercado más cauteloso y en medio de rumores de nuevas medidas del Gobierno para contener su avance.
"El real se transaba en 1,65 unidades y retrocedió por encima de 1,66. Hay bastante bulla local sobre nuevas medidas para contenerlo. No lo veo más allá de 1,67, dependiendo de nuevas medidas de control de flujos de capitales", dijo Alvarez.
En México, la tendencia para el peso seguiría siendo alcista, en medio de sólidos fundamentos de su economía y mejores expectativas para Estados Unidos, su principal socio comercial.
La semana pasada, el peso mexicano rompió el piso psicológico de 12 unidades por dólar, hasta llegar alrededor de 11,90 unidades, su mejor nivel en 26 meses.
"Creo que el mercado mira hacia 11,85 y 11,80", dijo Alvarez.
No obstante, operadores miran con atención Europa, golpeada por los problemas fiscales que afectan a varios países de la zona euro. En tal sentido, durante el fin de semana se reunieron autoridades del bloque para buscar salidas a la crisis y se lograron avances, según el ministro alemán de Finanzas.
"Si empeora la situación en Europa, pronto puede venir una escalada de aversión al riesgo (golpeando al peso), con lo cual sería cauteloso en estar agregando posiciones cortas de dólar en estos niveles", comentó Ramsés Villela, jefe de cambios de Bulltick Capital Markets en Miami.
Efectos del tsunami. Japón, golpeado el viernes por un potente terremoto y tsunami, podría necesitar de la repatriación de capitales para afrontar las consecuencias del desastre, lo que incrementaría la demanda por dólares, debilitándose a nivel global y jugando a favor de las monedas emergentes, según analistas.
Una mayor demanda de materias primas por parte de Japón para su fase de reconstrucción podría empujar el precio de algunas materias primas, como el cobre, principal exportación de Chile.
Esto podría implicar un factor de presión adicional en el mercado cambiario chileno, ya que el peso se mueve de la mano del metal rojo.
El peso chileno cerró el viernes con un alza del 0,63, a 478,5 unidades por dolar, y se mantendría volátil, por un lado impulsado por una posible recuperación del precio del cobre y perspectivas de alza de tasas, pero contenido por un mercado que le sigue temiendo al riesgo.
"El riesgo sigue siendo elevado y el precio del cobre puede mantenerse débil, creemos que el sesgo del peso podría ser inicialmente a la baja", comentó Sergio Tricio, jefe de Estudios de Forex Chile.
Por su parte, el sol peruano, que cerró en 2,768 unidades por dólar el viernes, se mantendría estable esta semana.
"Tendría un comportamiento parecido a los últimos días, donde los vencimientos de forwards se compensarían con la demanda de moneda local para el pago de los impuestos", dijo Gonzalo Navarro, gerente de cambios del Banco Santander.
En tanto, el peso argentino continuaría con acotadas oscilaciones dada la política oficial de mantener un tipo de cambio estabilizado mediante permanentes intervenciones del Banco Central.
"Se espera que la moneda oscile en torno a los 4,03 pesos por dólar, siempre con el sustento del Banco Central", dijo Fernando Izzo, operador de ABC Mercado de Cambios.
El peso en la plaza interbancaria, donde opera la autoridad monetaria, se negocia en torno a 4,0275/4,03 unidades por dólar, mientras que los negocios en la plaza informal se ubican en torno a las 4,1375/4,1425 unidades por dólar