El peso mexicano podría registrar fuertes oscilaciones. Si gana la candidata demócrata Hillary Clinton, se apreciaría debajo de 19 pesos por dólar y si vence el republicano Donald Trump, la moneda local podría caer más allá de 21 por dólar.
Buenos Aires. Los operadores de divisas latinoamericanas esperan las elecciones estadounidenses del martes con ansiedad que podría elevar la volatilidad en México, Colombia y Perú, mientras que en Brasil y Argentina los desajustes fiscales domésticos son un mayor motivo de dudas.
* El peso mexicano podría registrar fuertes oscilaciones en la recta final de la carrera presidencial estadounidense. Si gana la candidata demócrata Hillary Clinton, se apreciaría debajo de 19 pesos por dólar y si vence el republicano Donald Trump, la moneda local podría caer más allá de 21 por dólar.
* Según David Ospina, de la correduría Acciones y Valores de Bogotá, "en caso de que gane Clinton, que es lo más probable, veríamos leves correcciones alcistas en el peso (colombiano), pero si gana Trump (...) podría llegar a 3.200 (por dólar) en pocos días".
* En Perú también hay probabilidades de altibajos en la cotización del sol entre las 3,355 y las 3,400 unidades por dólar. En Chile, un operador dijo que el peso halló una resistencia firme en 649 por dólar y desde allí podría depreciarse al ritmo de compras de dólares de bancos.
* Brasil y Argentina tienen una conexión menor con la economía estadounidense y sus monedas han sorprendido al alza en 2016. Sin embargo, los financistas enfatizan cada vez más en preocupaciones sobre el futuro de las mejoras fiscales que prometieron los gobiernos en Brasilia y Buenos Aires.
* "La reforma del sistema de pensiones de Brasil está rodeada de incertidumbre", dijo Barclays en un reporte. "El gobierno sigue aplazando su presentación (...) en última instancia pensamos que los mercados podrían decepcionarse por la extensión de la reforma".
* En Argentina los operadores prevén que el peso se mantenga estable en tono a las 15,05 unidades por dólar gracias al ingreso de divisas por una amnistía fiscal para capitales no declarados, pero crecen las voces que cuestionan un déficit presupuestario que sigue siendo muy abultado.
