Las políticas fiscal y monetaria se volvieron expansivas a lo largo del 2012 en un esfuerzo por sacar a la economía del estancamiento, a través de menores tasas de interés, reducción de impuestos y mayores subsidios.
Tal como lo esperaba el mercado, la economía brasileña ya está dando señales positivas a los estímulos fiscal y monetario puestos en marcha a lo largo del 2012.
En este sentido, después que el ejercicio anterior el gigante de América Latina presentó un estancamiento de su economía, con un crecimiento de solo 1%, la actividad repuntó hacia finales de 2012, impulsada por un mercado interno fortalecido por políticas expansivas.
La economía se enfiló a una recuperación más definida hacia finales de año, con un crecimiento anual cercano a 3% en el último trimestre después de menos de 1% en los tres primeros trimestres. "Solo en octubre y noviembre la actividad económica reportó crecimientos anuales de 5% y 2,8%, respectivamente. De todas formas, en promedio la economía solo avanzó a una tasa anual de 1,3% en todo el 2012, después de un 2,8% en el 2011", dijo el director de Moody’s Analytics para América Latina, José Coutiño.
Las políticas fiscal y monetaria se volvieron expansivas a lo largo del 2012 en un esfuerzo por sacar a la economía del estancamiento, a través de menores tasas de interés, reducción de impuestos y mayores subsidios. "En el presente año, la economía funcionará sin el freno monetario, incluso bajo la influencia de condiciones monetarias expansivas, además del impulso proveniente de la inversión pública y privada para la terminación de la infraestructura deportiva para la Copa Mundial del 2014", afirmó el experto.
Las menores tasas de interés ayudarán a recuperar parte de la competitividad cambiaria perdida y a darle cierto impulso a la industria. Sin embargo, para evitar el impacto inflacionario de las políticas expansivas, el banco central debería esterilizar el exceso de circulante monetario a través de la emisión de bonos de regulación monetaria.
"Durante 2013, la economía se recuperará de acuerdo con su potencial, alcanzando una tasa de crecimiento de 4,5%", enfatizó Coutiño. Sin embargo, la recuperación será mayormente un proceso inducido por las políticas expansivas y por la inversión transitoria en la infraestructura productiva. Por lo que el gran desafío para Brasil continúa siendo el fortalecimiento de sus “fuentes fundamentales de crecimiento permanente (ahorro e inversión, productividad de los factores y, progreso tecnológico)”, lo cual necesariamente requiere de la profundización de los cambios estructurales a través de más y mejores reformas. Fortalecer las estructuras es una cura permanente, políticas de estímulo solo son detonadores de corto plazo.